Verla es como observar a dos expertos en ajedrez jugando al dominó, además de ser un vistazo a diversas sesiones de terapia. El Sr. von Trier se percibe claramente a sí mismo como un psicoanalista con una visión maniaca.
La película 'Babygirl' se distingue por su sentido del humor, lo que la aleja de convertirse en un mero sermón o una autocrítica en torno al tema del sexo.
Tilda Swinton aporta su singularidad como el Ángel Gabriel, infundiendo un estilo de travestismo celestial a una obra que resulta excesiva y alargada, sin conseguir superar la ridiculez de 'Van Helsing'.
Las dos narrativas se entrelazan de manera fluida, mostrando que los problemas de la vida diaria de la pareja no son meramente repetitivos, sino que reflejan y refractan las vivencias de sus contrapartes en la ficción.
Salles muestra la confianza de un narrador tan cautivado por su propia historia que no le da importancia a la reacción de su audiencia, logrando dejarla atrás sin dificultad.