Que Todd Haynes dirija 'Wonderstruck' tras una carrera tan excepcional es realmente decepcionante. Después de 'Carol', el cineasta se ha aventurado en su trabajo más accesible y orientado al público en general.
Este insólito acercamiento a la figura de Al Capone es muy concreto. El planteamiento ya es radical, pero se dispara al infinito con Tom Hardy como Capone y una interpretación indescriptible en su arrojo.
Michael Almereyda amplía la labor de Milgram (un apagado Peter Sarsgaard) tratando de evitar los clichés del biopic con un enfoque riguroso, aunque sin lograr verdaderas chispas de energía o ingenio.
Es encomiable el pulso para exponer los giros de guion más exagerados con tranquilidad, pero, como los protagonistas del filme aprenden, la conformidad no es la mejor salida. Ojalá Wang se aplicara lo mismo.
Quizás esa dulce mirada a un pasado feliz explique la falta de profundidad del filme y su carga melosa, pero es insuficiente para hacer justicia a Grahame. Insustancial recuerdo de una actriz alucinante.
Escenas largas, tan ruidosas como el propio espectáculo judicial, y donde la palabras son tan importantes como los gestos y el hecho de mirarse a la cara. Pura dialéctica expresiva de los códigos de honor.
La trama se desarrolla en un marco de previsibilidad, cayendo en los clichés típicos del guion y una realización poco sustancial por parte de Brad Anderson. Sin embargo, destaca el buen desempeño actoral tanto de los protagonistas como de los personajes secundarios.
Documental de metraje y magnitud monumentales. Una panorámica en pantalla partida muestra la intricada edición y la yuxtaposición de imágenes que establece un diálogo constante entre los testimonios de los protagonistas.
El mejor debut del año cuenta con una protagonista excepcional, el encanto de la periferia, un estilo visual admirable, momentos de baile y cigarrillos. Definitivamente, deseamos más.
Película que nada tiene más claro que la confianza total en la construcción de las imágenes y el poderío de los intérpretes para sortear los borbotones de perplejidad que van surgiendo de su desarrollo dramático.
Ópera prima contundente y bien cimentada, donde aplica la receta dardenniana a las cuitas de la joven madre soltera. Planos secuencia, naturalismo, y altos niveles de empatía son características destacadas de la obra.
Este filme presenta profundas reflexiones al estilo de Malick, acompañado de visuales que evocan el género del western, con una banda sonora de Max Richter que puede hacer vibrar hasta los océanos. El alma de la oscuridad estelar de James Gray se refleja en la mirada de Brad Pitt.