Explotación decente de 'Alien'. Básica y rudimentaria, es cierto, pero robusta y satisfactoria. Se presenta como un relato de terror pulp que logra cumplir su propósito.
Humilde y eficaz producción irlandesa que se desenvuelve en aguas familiares, donde no se necesita mucha habilidad al mando para que la experiencia sea agradable.
La mejor comedia juvenil del año es a capela. El filme se destaca por su trabajo colectivo y por una diversidad de tonos que se atreve a alternar el humor escatológico con un conmovedor homenaje a 'El club de los cinco'.
No es solo una comedia de inocencia amable que coquetea con lo naif en la época de 'Breaking Bad', sino que también presenta múltiples capas de profundidad detrás de su apariencia inofensiva y sus formas resolutivas.
Un biopic de Karl Marx que resulta excesivamente burgués, plagado de los vicios y dramatismos típicos de las coproducciones europeas de prestigio. Esto lo transforma en un personaje de folletín y le resta la profundidad necesaria, impidiendo que se explore lo que podría ofrecer una película realmente buena.
Efectiva mezcla entre el costumbrismo ibérico de Berlanga y el desenfado terrorífico de un Sam Raimi entonado. Lo que hace Leticia Dolera con su personaje merece comentario aparte. Ella es la estrella radiante, autoconsciente, naif, cafre.
Una película endiabladamente fascinante, que presenta una historia de brujería sin rodeos. Es una hiperalmada medieval de emancipación femenina, tan volcánica como la tierra islandesa y el aura mágica de Björk.
Un explosivo cóctel de tiroteos, humor ligero (sin que esto sea un reproche) y cámaras lentas que recuerdan a un vestuario de gimnasio (y lo digo en serio). Pero no te preocupes, es considerablemente superior a 'Escuadrón Suicida'.
Lleva la manipulación al extremo, sacando a la luz la plasticidad de las imágenes: los colores estallan, los encuadres se recortan y los formatos se deforman en un viaje centrado en la dialéctica y yuxtaposición de fotografías.
El primer volumen es el más militante, aunque también el más débil. Se presenta como un tríptico que mezcla lo místico, lo social y lo paisajístico, ofreciendo una visión de un Portugal sumido en una crisis generalizada, excepto en lo que respecta a ideas.
La película parece perderse en una serie de citas encadenadas que carecen de un sólido fundamento dramático. Se encuentra atrapada entre un ejercicio de estilo bien ejecutado por su equipo técnico de la ESCAC y un cine experimental que no aporta novedades.