La situación se convierte rápidamente en una metáfora estática y bastante simple de cómo Estados Unidos ejerce su dominación sobre el alma alemana en la posguerra.
Excesivamente larga, acartonada y con tanto suspense como un anuncio de detergente, tiene una pequeña baza, Patty McCormack como la niña, pero eso es todo.
Una película que carece de sentido y resulta aburrida, a pesar de recibir elogios y premios de la Academia en los años 50, mientras que las verdaderas obras maestras de Ford, Hawks y Hitchcock pasaban desapercibidas.
John Huston toca de manera superficial la intensa tensión sexual entre el marine interpretado por Robert Mitchum y la monja de Deborah Kerr, pero no profundiza en esta compleja relación.
La película tiene una duración de 2 horas y 26 minutos, lo que puede hacer que se sienta un poco densa. Se clasifica dentro de aquellas obras que son extremadamente personales.