La película resulta encantadora, aunque su ritmo es dolorosamente pausado. Está repleta de imágenes que transmiten una sensación de desesperante oscuridad, al mismo tiempo que son excesivamente evidentes.
Fría, escabrosa y fascinante. Kirk Douglas brilla en su papel, su encanto psicótico añade una capa de complejidad al personaje que resulta cautivadora.
'A Grin Without a Cat' se presenta como una destacada obra periodística, combinando hábilmente elementos poéticos y sutiles, tanto en su aspecto visual como verbal.
El interés que se puede tener en el tema se desmorona rápidamente debido a la falta de honestidad de los directores, quienes emplean todos los trucos de montaje posibles para hacer que las películas de propaganda resulten absurdas.
El guion de Jacques Prevert destaca por su ingenio y concisión. Sin embargo, es la variedad de perspectivas ofrecidas por la dirección fluida de Renoir lo que transforma esta película de un mero mensaje propagandístico en una verdadera obra de arte.
Es algo que se sitúa entre el apocalipsis y el estilo de Andy Warhol. La originalidad comienza a debilitarse a mitad de camino, pero resulta casi un alivio.