La película antibelicista de Kon Ichikawa de 1956 recibió elogios significativos en su estreno por su poder y dedicación, aunque hoy en día puede percibirse como excesivamente instructiva.
Los conflictos emocionales entre lo salvaje y lo civilizado han quedado obsoletos, incluso para el cine del mediodía. En este caso, Herzog aborda el tema de manera poco profunda y sin matices.
El guion de Dudley Nichols presenta un fuerte enfoque patriótico, sin embargo, la colaboración entre Renoir y Laughton ofrece una representación singular y profunda de lo que significa el heroísmo.
Las actuaciones son excesivamente peculiares y la trama carece de fuerza, lo que puede decepcionar a los aficionados del género. Sin embargo, los seguidores de Herzog descubrirán riqueza en sus paisajes animistas y en su innovadora representación visual.
Una película elegante que deja un sabor amargo. Las escenas de acción, que deberían ser el centro de atención, se sienten sobrecargadas, resultan convencionales y carecen de una buena dirección.
'Misery' se desenvuelve en múltiples dimensiones, con Bates mostrando una autoridad y presencia capaz de llevar adelante toda la película por sí misma.
Algo sucede en la relación entre Bruno y su padre, quien parece ser algo más que solo una figura paterna. Es posible que 'Strangers on a Train' aún tenga más misterios por revelar.
El resultado final es una mezcla entre la esencia de Franz Kafka y el estilo de William Castle, pero sigue siendo una experiencia que vale la pena disfrutar.
Wood es famoso por su historia de travestis de 1952 '¿Glen o Glenda?', pero para mí, este trabajo de 1959 es el doble de extraño y atractivo en su indisimulada incompetencia.
La película resulta encantadora, aunque su ritmo es dolorosamente pausado. Está repleta de imágenes que transmiten una sensación de desesperante oscuridad, al mismo tiempo que son excesivamente evidentes.