El formato de la competición resulta excesivamente repetitivo, los personajes parecen estar poco desarrollados en un contexto cómico y los limitados escenarios impiden que la acción alcance una verdadera escala.
Carece de una cierta elegancia en su ejecución, pero este thriller/comedia romántico y de ciencia-ficción, dirigido por Nicholas Meyer y basado en su propia novela, es inteligente y está bien calculado.
Está bien dirigida, escrita e interpretada. Ni siquiera la presencia de las superestrellas Dustin Hoffman y Tom Cruise puede salvarla de su convencionalismo y previsibilidad.
Lynch estrangula la historia con complicaciones superfluas. Las imágenes, que no se sustentan en los impulsos narrativos, pierden rápidamente su impacto.
A pesar de la trivialidad del tema, es disfrutable por su intimidad, seriedad e inteligente trabajo de personajes, virtudes que no perpetuó la nueva ola posterior.
La ficción elaboradamente estructurada de Joseph Conrad plantea problemas monstruosos para la adaptación cinematográfica, y la solución propuesta aquí por Richard Brooks- no está ni cerca de funcionar.
Está teñida de bastante conservadurismo de clase media, pero es una obra ágil que sirve para hacer brillar una de las grandes actuaciones de todos los tiempos, el Captain Bligh de Charles Laughton.
Puede que no descienda a las profundidades chapuceras e indulgentes de 'Easy Rider' o 'The Last Movie', pero tampoco alcanza sus peligrosas y delirantes alturas.
Se desarrolla en fragmentos de tres minutos visualmente impresionantes, pero parece que no se preocupa por el aspecto narrativo. Los balbuceos de Schumacher y su enfoque superficial del material resultan decepcionantes.