Realizada sin música extradiegética, se trata de una película aparentemente sencilla y directa, pero llena de matices emocionales y muy bien interpretada por un sólido reparto.
Es un montón de películas emplastadas sin elegancia. Todos sus hilos narrativos tienen sus méritos, pero ¿puede ser satisfactoria una película cuando su narrativa es tan enrevesada?
Una fiesta delirante e incorregible, esta escapada hacia aguas turquesas y bufés de marisco es exactamente lo que muchos espectadores necesitan ahora mismo.
Aunque no ocurre mucho en 'First Cow' según los estándares de las películas de dos horas, y algunos podrían preferir un final más cerrado, el crudo lirismo de este drama logró mantenerme cautivado en todo momento.
Es la humanidad y la compasión que demuestran los personajes principales lo que hace que esta exploración contemplativa del peso de quitar una vida sea tan imponente.
Una película de amistad modesta pero encantadora. Las actuaciones sinérgicas de Matt Bomer y Alejandro Patino son las que logran que la película funcione.
A pesar de algunos momentos conmovedores, gracias a las actuaciones de Steve Carell y Laurence Fishburne, la película parece forzada, lo que la convierte en una de las obras menos memorables de Linklater.
Un guiso insípido de elementos de otras películas, no necesariamente mejores. Todas estas mujeres con talento están estancadas interpretando tipos en lugar de personajes.
Verso exhibe un gran talento visual, sin embargo, toda esa estética no logra engancharte con personajes que carecen de autenticidad, ni generar preocupación por su bienestar.
A pesar de contar con un talentoso elenco, la directora francesa Anne Fontaine no logra equilibrar el peso dramático ni el humor necesario para dar sentido a este absurdo contexto de amor prohibido.
La rígida interpretación del personaje central disminuye el impacto emocional, pero la sensualidad visualmente atrayente de la película y su ternura le otorgan un prolongado hechizo.
Potenciado por unas interpretaciones llenas de candente ira y dolor, este es un drama rompedor (...) una intensa exploración de los efectos corrosivos de la violencia humana.
Una reflexión única sobre el amor, el dolor y la soledad. Kaufman y Johnson crean un mundo vívido y tristemente verosímil, tan gracioso como deprimente, pero precisamente fascinante a causa de su adormilada banalidad.