Sevigny es la razón principal para ver 'Those Who Kill', pero si los guiones siguen estando tan cuidadosamente elaborados, Sevigny habrá encontrado un vehículo digno de sus singulares habilidades.
Puede que te tome un tiempo hacer la suspensión de incredulidad para seguir sentado en el asiento viéndola, pero una vez allí, mantendrá la suficiente intriga como para hacer que 'The Artist Escape' valga la pena.
Como comedia, está marcada por sus buenas intenciones y sus malas decisiones artísticas. Gilchrist y varios actores secundarios mantienen nuestro interés y justifican una segunda temporada a pesar de sus defectos.
A pesar de que el guión no es tan memorable como el del filme de Tarantino, es fiel a los acontecimientos de la película, así como a la mezcla de violencia exagerada [y] diálogos a lo dibujos animados.
Los dos episodios disponibles colocan las piezas en su lugar con eficiencia. La serie fue creada por Rene Balcer, cuyo equipo de guionistas realiza un excelente trabajo para que todo se sienta auténtico.
Un documental significativo. Una sofisticada carta de amor de Apatow a su amigo y mentor. La película está repleta de observaciones perspicaces sobre la figura de Shandling.
Informativo, pero no demasiado bien hecho. A veces Kidel logra aprovechar los clips de distintas películas de Grant, pero en otras ocasiones parece perder completamente el rumbo.
Es posible que una interpretación aceptable podría haber remendado algunas de las cavernosas inconsistencias en la caracterización de Zelda, pero el trabajo de Ricci es abominable.
Kelli Garner logra interpretar a Monroe de manera convincente en varios momentos de la vida de la estrella, y en otros lo hace excepcionalmente bien. Sin embargo, su actuación no brilla en los momentos más críticos, ya que le faltan los matices necesarios para transmitir la complejidad del personaje.
Su ritmo no convence y hay cambios de escena que resultan demasiado abruptos. Sin embargo, Bassett demuestra habilidad al dirigir a los actores, algo crucial cuando el guión carece de inspiración.
La serie es tan penetrantemente cínica y, por cierto, brillantemente divertida, que tiene el potencial de hacer que cualquier espectador sienta que su vida no es tan mala después de todo.
Wolf no sabe cómo manejar a sus personajes mientras esperan un fuego, como si sus historias personales debieran ser el centro de su nueva serie. Podrían serlo, si no estuvieran sacadas de un libro lleno de clichés.