La película resulta bastante decepcionante, ya que no procura cuidar ni desarrollar adecuadamente a sus personajes. Tampoco logra generar una conexión emocional genuina. Es un producto que se sostiene sobre fórmulas, estereotipos y clichés reiterativos, alcanzando un nivel inferior al esperado.
La ópera prima de Poehler como directora logra momentos de emoción y gracia; sin embargo, el retrato generacional que presenta no resulta completamente convincente, lo que genera una sensación agridulce.
Perut-Osnovikoff construyen un relato lleno de ternura y belleza, así como una descripción infrecuente y poco convencional sobre un espacio y un tiempo. Los directores transforman esto en una experiencia subyugante, placentera y decididamente única.
Lelio logra que la mayoría de sus intérpretes ofrezcan actuaciones irresistibles. No es una simple copia, sino que hay un gran talento evidenciado en esta re-versión.
Simpática y fluida, pero al mismo tiempo algo efímera y banal, '¡Te atrapé!' resulta, al fin de cuentas, una disfrutable comedia con un digno nivel de gags físicos y verbales.
Impecable en su confección y moderadamente divertida, la película tiene también algo de déjà vu y por momentos luce demasiado esquemática y previsible.
Gana en audacia e inteligencia. Cuando, en cambio, se queda en una exaltación bastante obvia de la rebeldía y búsqueda de libertad de sus heroínas resulta un poco torpe y previsible.
Loach construye otra cuestionadora mirada a la falta de trabajo y oportunidades. 'Yo, Daniel Blake' se desarrolla de manera efectiva en sendas previsibles.
Un film duro y doloroso, sí, pero que elude con sabiduría y sensibilidad el riesgo permanente del golpe bajo para constituirse, en definitiva, en un acercamiento sincero y visceral a la amistad masculina.
Es sensible y entretenida. Reivindica a Stallone y logra de él una actuación prodigiosa con los reconocibles fondos de la ciudad de Filadelfia. Otra gran película del veinteañero Coogler. Dos de dos.
Es cierto que el malayo James Wan no es tan virtuoso ni parece comprender del todo la esencia de la franquicia como el taiwanés Justin Lin, pero lo suyo es más que digno y presenta algunas escenas realmente formidables.