El director de 'Nadar solo' narra las desventuras de los integrantes de un grupo de rock, mostrando resultados entrañables, aunque también deja la sensación de una etapa cumplida.
No hay límite, no hay freno. En medio de ese aluvión de desmesura e incorrección política surgen unos cuantos chistes logrados y situaciones hilarantes. Cada espectador sabrá si éste es el traje que mejor le calza.
'Rush' cumple con lo que promete: hay excelentes escenas de carreras, dos personajes cautivadores y un final memorable. Ajustense los cinturones y déjense llevar por la velocidad, el vértigo y el disfrute.
Aunque para mí ni Galardi ni esa gran intérprete que es Bertuccelli alcanzan el nivel de sus mejores trabajos, 'Pensé que iba a haber fiesta' no deja de ser un film atractivo en su propuesta y elegante (y seductor) en su concreción.
Prolífico y audaz, Pécora juega con el cine, explorando todas sus posibilidades estéticas, las texturas y contrastes de las imágenes. Su relato logra evocar el tono y los climas característicos del surrealismo.
Lejos de los personajes más relevantes y de las prestigiosas películas que han marcado sus largas trayectorias, Pacino y Walken recurren a un humor simple y efectivo que logra aportar a esta comedia ligera, resultando eficaz en varios momentos.
Esta versión cinematográfica de 'En el camino' puede verse como una mirada bastante superficial, simplificada sobre aquellas experiencias de Kerouac y compañía que conmovieron al mundo.
Tiene el buen gusto de no clavar jamás el cuchillo en la herida. Y, al final de cuentas, emociona con recursos nobles. Lo que se dice, todo un milagro.
Luego de la flojísima primera parte, era lógico presuponer que esta secuela iba a ser, al menos, algo mejor. Bastaba con poco, pero no. Todo aquí se siente menos espontáneo, más artificial y prefabricado que nunca.
Políticamente y cinematográficamente correcta, con momentos genuinamente emotivos, este estudio sobre el azar, el destino, el amor, la comprensión y la redención resulta un film honesto y, al mismo tiempo, algo limitado en su alcance.
Es cierto que se trata de un film didáctico y pedagógico, lo que lo convierte en un testimonio concientizador más valioso que como obra artística. Sin embargo, dentro de su contexto, es una película necesaria y significativa.
Estamos en un universo premeditadamente sentimental. Sin embargo, la simpatía de sus intérpretes, las agradables escenas musicales y su sólida producción logran que sea un espectáculo simpático e incluso, en ciertos momentos, irresistible.