Un simpático ejercicio de nostalgia ligado al espíritu de las clásicas sitcoms. Todo funciona de manera razonable, aunque no estamos ante una obra maestra de la comedia.
Más derivativa y menos concisa que las obras anteriores de Sorkin, 'Being the Ricardos' presenta, junto a su evidente enfoque de reivindicación feminista, diversas capas que no logran funcionar en su totalidad.
En 'Cold War' cada plano es de una belleza y una intensidad conmovedoras, con dos protagonistas extraordinarios y buenos personajes secundarios. La película escapa de la demagogia y la concesión.
Al menos regala ciertos momentos de intensidad emocional en los que es Kate Winslet quien saca el mejor provecho. No es mucho, pero quizás alcance para que los fans del ya octogenario director salgan mínimamente satisfechos.
Uno de los principales desafíos de 'Hambre de poder' es que su protagonista no resulta ser un personaje entrañable ni seductor, sin embargo, logra que el público entienda y hasta comparta su lógica.
Más allá de que pueda ser leída como una apuesta algo oportunista, políticamente correcta e inevitablemente didáctica y aleccionadora, Nichols mantiene aquí buena parte de la intensidad psicológica, visual y narrativa de sus trabajos previos.
Los directores de 'Barton Fink' y 'Fargo' regresan al terreno de la comedia más pura y, aunque no llegan a las alturas de 'Educando a Arizona' o 'El gran Lebowski', construyen un film leve, ligero, elegante y de indudable simpatía.
Burton sigue alejado de sus trabajos más destacados. Se encuentra en una encrucijada artística, debatiéndose entre una vertiente más personal y las demandas de la industria. Es un director brillante, y esperemos que elija los senderos adecuados, ya que talento no le falta.
El resultado es menor dentro de la filmografía del notable realizador, pero en su medio tono conserva esa nobleza, ese encanto, ese estilo clásico y ese rigor que siempre han caracterizado la carrera del maestro.
En 'Sucker Punch', la premisa es bastante débil y, como resultado, el impresionante despliegue visual se asemeja demasiado a un regodeo narcisista. Se convierte en un artificio caprichoso, una mera cáscara que intenta ocultar el vacío que hay en su interior.
Una película muy cuidada en su reconstrucción, que aborda el final de una época caracterizada por la romantización de la rebeldía, donde, a pesar de la violencia, se respetaban ciertos códigos.
Los lugares comunes son numerosos y el trabajo del irlandés John Crowley no logra rescatar la película por completo. A pesar de sus clichés y momentos obvios, hay instantes que resultan atractivos y, en general, es una película que se puede ver sin problemas.
Catching Fire: The Story of Anita Pallenberg logra un equilibrio interesante al no emitir juicios, ni destruir lo que aborda, pero tampoco cae en la alabanza ciega. La película presenta una visión matizada que invita a la reflexión sin caer en excesos.
Tanto la cuidada producción como la prolija puesta en escena de Pérez Veiga no admiten reparos significativos, pero al mismo tiempo extrañan una mayor audacia y fluidez.
No todas las decisiones de Oldroyd resultan convincentes y la película decae hacia el final en algunos momentos, pero 'Eileen' se mantiene como un film inquietante, audaz e incómodo, además de ser provocador en varios aspectos.