En ese sentido, 'Be Water' ofrece el contexto necesario para comprender, casi 50 años después de su muerte, la épica vivida por [Lee] en su intensa y breve existencia.
Lindholm reconstruye con buen pulso y un sólido manejo de la tensión esta historia sobre un psicópata, aportando una aceptable profundidad psicológica. Las dos actuaciones protagónicas están a la altura del desafío.
El concepto resulta intrigante al principio, pero con el tiempo, el esquema comienza a flaquear; la fórmula se vuelve evidente y las resoluciones son predecibles.
El problema no radica en la producción, que es adecuada aunque carezca de grandes innovaciones, sino en la superficialidad de la psicología de los personajes. Esto, junto con el nivel de sadismo presente, convierte la experiencia en algo casi insoportable.
El guión resulta un tanto simple. La película destaca por su calidad visual y auditiva, además de contar con una ambientación bien lograda. Los efectos visuales y el maquillaje demuestran un nivel profesional.
Contra todos los pronósticos, esta vez los excesos manieristas, el preciosismo formal, la estilización artificiosa, los vistosos encuadres y los sofisticados movimientos de cámara que suele exhibir Ritchie aportan más hallazgos que tropiezos en Sherlock Holmes.
'Goyo' se presenta como una de las obras más sinceras y efectivas de Carnevale, destacándose gracias a la sensibilidad y el compromiso de sus actores, tanto en los papeles principales como en los secundarios.
Esta combinación entre El graduado y Licorice Pizza presenta elementos que la diferencian de las típicas comedias románticas, destacando su enfoque en la reivindicación de la nueva masculinidad.
Jamás pierde su eje, su esencia ni su austeridad. No hacen falta demasiados recursos cuando se cuenta una historia sincera, genuina y hecha desde el corazón.
A pesar de las buenas intenciones, el resultado final de 'Music' es decepcionante. Es un film que nunca logra encontrar su rumbo ni la coherencia necesaria, más allá de su evidente espíritu aleccionador.
Snyder y sus coguionistas construyen un universo bastante elemental, caprichoso, derivativo y solemne. El resultado, aunque no es desastroso, tampoco resulta muy estimulante.
Es un drama que plantea un dilema ético y moral más que una típica película de ciencia ficción. Podría considerarse un film recatado y realista, capaz de desarrollarse en el contexto de, por ejemplo, una obra de teatro.