Un retrato demasiado convencional de una figura excepcional, un documental que podrías encontrar por casualidad en una plataforma de streaming un domingo gris al atardecer.
Es un excelente ejemplo de brand management al servicio de una estrella de alcance global. El documental resulta ser excesivamente cuidado y calculado.
Un retrato sensible, nostálgico y noble sobre un antihéroe que sobrelleva con mucha dignidad sus últimos tiempos como trabajador, mientras recuerda aspectos de una vida dura y llena de vaivenes.
Se aprecia que una serie ofrezca una intensa carga emocional, actuaciones impactantes, el uso noble de recursos y la determinación para resaltar, desde el presente, la figura de alguien que hizo mucho por los derechos de una minoría a menudo marginada.
El documental es básico, sencillo y si se quiere convencional en su estructura , pero el énfasis aquí no está puesto en el regodeo estético sino en la reivindicación de un ejemplo de resiliencia, de superación frente a la tragedia.
Podrá tener unos cuántos aspectos discutibles o incluso cuestionables, pero nunca deja de ser un relato con la suficiente intimidad, sinceridad (léase autocrítica), intensidad emocional y honestidad.
Este desgarrador corto documental reconstruye, a partir de testimonios de familiares y amigas de la víctima, un rompecabezas visual para abordar los traumas de un pasado cuyas heridas permanecen abiertas.
Una experiencia intensa y una propuesta claramente controvertida. Sin embargo, no es fácil de cuestionar ni completamente manipuladora. Es una obra que invita a la reflexión y el debate.
La elegancia de la narración y la sensibilidad para reconstruir el universo íntimo de la protagonista hacen de 'Una serena pasión' ya no sólo cine sobre poesía, sino un cine que es poesía.
Se sobrepone a sus limitaciones y posibles cuestionamientos artísticos para convertirse en una valiosa reconstrucción de una épica familiar, y de las miserias y contradicciones de la clase media-alta argentina.
Más allá de una factura clásica y hasta por momentos algo elemental, se trata de un apasionante y conmovedor retrato de vida que excede el marco estrictamente cinéfilo.
Otro notable aporte de un Eastwood que, a los 84 años, demuestra que sigue siendo uno de los directores más importantes del cine norteamericano de las últimas cuatro décadas.
El film aborda de manera superficial los inicios de la lucha feminista contra los estrictos códigos morales de la sociedad francesa de la época. Provost se enfoca en una serie de excesos melodramáticos que opacan el mensaje.