Rodada en fílmico con paciencia, rigor y sensibilidad, es una valiosa continuación del trabajo de esta pareja de artistas tan consecuentes como personales.
A puro desenfado, la saga pisa el acelerador y vuelve a subir la apuesta. La nueva entrega se convierte en una excusa perfecta para disfrutar de una experiencia inmersiva en las salas.
Esta quinta entrega de la saga automovilístico-policial se posiciona como la mejor de la serie. El filme invita a no tomárselo demasiado en serio y, a cambio, ofrece dos horas llenas de diversión.
Aunque es una película menor y menos precisa en la trayectoria de Kore-eda Hirokazu, conserva su distintiva impronta, su relevancia social y un humanismo que resiste al cinismo, características que definen a este director ineludible.
Los personajes se mantienen en el tono adecuado, evocando el mundo de Charles Dickens, a la vez que son fieles a la esencia que Roald Dahl creó en su literatura. Se logra así una representación satisfactoria.
El problema principal de esta Mulán modelo 2020 no es tanto su solemnidad sino la falta de gracia, la superficialidad con que está trabajada la psicología de los distintos personajes y la tendencia al subrayado.
Correcta y profesional, efímera y bastante anodina, esta nueva incursión en el universo de la fábula de Blancanieves extraña un poco de audacia y desenfado.
Incómoda, desafiante e incluso sórdida por momentos, 'The Killing of Two Lovers' tiene una profundidad y una concentración dramática poco frecuentes en el cine contemporáneo.
Un film poético sin proponérselo; humorístico sin apelar al gag efectista; sensible sin golpes bajos, Optimista, inocente, relajada y de una extraña belleza, Paterson resultó otra joya de una Competencia Oficial.
Con elementos que lo vinculan a la filmografía de los hermanos Joel y Ethan Coen y a la de Jeff Nichols, esta es una oportunidad para descubrir a un director interesante.