Lo que realmente importa es la capacidad de sorpresa, el uso inteligente del humor, la calidad de la animación y esa capacidad única para desarrollar vertiginosas y delirantes escenas de acción que desafían las leyes de la física y la capacidad de asombro.
Imitando a Nemo. Una propuesta que se asemeja demasiado a la de Pixar. A pesar de su notable acabado técnico, no logra compensar una historia que recurre a una fórmula previamente utilizada. Es simplemente más de lo mismo.
Lejos del estilo desprejuiciado, no exento de humor negro, de muchos de sus trabajos, el creador de la saga 'Dead or Alive', 'Audition' y '13 Assassins' presenta una película rigurosa y solemne, que al final ofrece una extensa y bien lograda secuencia de acción.
Estamos ante una buena película, es cierto, pero que al mismo tiempo nos deja con gusto a poco, sobre todo para una factoría que nos ha bendecido con tantos pasajes de Gran Cine, esos que aquí sólo aparecen en cuentagotas.
Es un gran despliegue de medios de producción, mucho vértigo y la espectacularidad que todos exigen y agradecen. La factoría de Hollywood (Disney + Bruckheimer) en su máxima expresión.
La película se apoya en los clichés típicos del rockumental, la película de hogar y el detrás de cámaras, pero aun así presenta momentos de interés y una intensa carga emocional.
Un gran documental para un gran descubrimiento. Una incursión en una cueva que termina siendo una exploración -no exenta de lirismo- del alma humana y de un tiempo que parecía perdido.
El resultado visual es asombroso en muchos sentidos, desde el impresionante trabajo con la cabellera rubia de 21 metros que tiene la protagonista, hasta los pasajes de gran belleza y lirismo.
'Resident Evil 4' no alcanza a constituirse en un producto con vuelo propio: la trama y casi todas sus escenas son derivativas (por ser generosos) del cine de John Carpenter y George A. Romero.