El film resulta simpático y fluido, aunque también tropieza en algunos lugares comunes y estereotipos. La actuación de Ricardo Darín lo eleva, convirtiéndolo en una historia que vale la pena ver.
Aunque se repite un poco, busca compulsivamente la trascendencia y tiene una dinámica casi teatral, este nuevo trabajo del director de 'Secretos y mentiras' regala la habitual mirada sensible, humanista y querible de su filmografía.
Una ambiciosa pero siempre fascinante película, la habitual acumulación del cine del director se ve compensada por el talento de las actuaciones, no solo del dúo protagónico, sino también de los secundarios.
Esta quinta historia se ubica algo por debajo de las magníficas tres primeras temporadas, pero también bastante por encima del decepcionante cuarto año que se conoció en 2020.
El realizador estrenó la película más audaz y controvertida de sus casi dos décadas de carrera. Este film, profano, bizarro, macabro e hiriente, ofrece una amplia gama de material para el análisis artístico y, sin duda, generará un acalorado debate político.
Es una experiencia catártica y liberadora, una reivindicación del mal gusto y la inmadurez en tiempos en que todo es políticamente correcto, controlado, pulcro y bienpensante.
Una serie que intenta hacer una declaración sobre el empoderamiento femenino en estos tiempos cambiantes, pero lo hace con más torpeza que inteligencia en varias ocasiones.
Ingenioso y descarnado, intelectual e íntimo, irónico y noble, Burnham hace gala de una variedad de recursos expresivos que convierten a Inside en algo inteligente y entretenido hasta lo adictivo.
Wells reunió uno de los elencos más impresionantes de los últimos tiempos. La película cumple adecuadamente con su premisa, sin embargo, la abundancia de diálogos ácidos y cínicos termina siendo su mayor debilidad.
Ni siquiera un elenco con notables intérpretes puede rescatar esta mezcla de clichés sobre familias disfuncionales que intenta desarrollar una narrativa sobre escritores neuróticos.
Más allá de la apuntada irregularidad del film, 'Desmadre' ofrece varias secuencias de inusitada intensidad y verdad en la descripción de los códigos que manejan los jóvenes de hoy a la hora de relacionarse.
Cedar demuestra tener ideas y talento, sin embargo, la película es demasiado ambiciosa, al intentar ofrecer una crítica mordaz sobre la situación en Israel, lo que resulta en un resultado desparejo.
Hong es capaz de filmar largas escenas sin cortes con una naturalidad y profundidad admirables, ya sea en comidas, charlas o mostrando personajes que terminan alcoholizados y desbordados.
Tiene unos cuantos hallazgos narrativos, de guión, actorales y visuales. La película bordea el patetismo, la ridiculización de sus anithéroes, pero termina gambeteando los peores vicios y peligros.