Sin ser una película particularmente innovadora ni audaz, 'Berlin Calling' logra entrelazar una historia personal en un mundo masivo, a menudo sombrío, pero siempre cautivador como el de la música electrónica. ¡Suban el volumen!
Este documental, aunque no se encuentra entre los más sorprendentes o arriesgados de Herzog, quien ha explorado lugares tan diversos como el Amazonas y el espacio, se destaca por ser una de las obras más cercanas y personales de su trayectoria.
Es una sobrecogedora, angustiante y al mismo tiempo fascinante historia de supervivencia. La recompensa de semejante experiencia emocional es más que satisfactoria.
Un film aceptable, que supera las expectativas que genera su sinópsis, aunque no alcanza la calidad que se espera de una Competencia Oficial como la de Cannes.
A pesar de que algunos elementos de la resolución resultan poco creíbles, el director luxemburgués Van Maele ofrece una destacada muestra del género, explorando los temas de la codicia, la culpa y la redención.
Con momentos de gran gracia y encanto, aunque también hay aspectos irritantes que se acercan al discurso de autoayuda. Sin embargo, dejando de lado prejuicios y cinismo, se puede encontrar espacio para el disfrute.
Gray revela una nueva dimensión en su interesante filmografía, alejándose de la sofisticación y, a pesar de algunos excesos y clichés románticos, logra ofrecer una propuesta que puede incomodar.
Giralt se encargó prácticamente de todos los aspectos, a excepción de la música y el sonido. Su enfoque maximalista y artificioso en las actuaciones puede resultar irritante para quienes prefieren un estilo más naturalista y austero.
Una auténtica joya en un panorama cinematográfico estadounidense que ha perdido la capacidad de explorar, cuestionar y reflexionar sobre las miserias y contradicciones de su propia estructura social.
Las actuaciones son correctas, pero los dilemas y contradicciones de los personajes en su lucha por el poder son abordados con trazo grueso y no pocos subrayados para una película desesperanzada con moralejas incluidas.
Para quienes valoramos su sutil y elegante creatividad, su habilidad para combinar lo elaborado y lo preciso sin perder la carga emocional es admirable. La película resulta ser un deleite desde su inicio hasta su conclusión.
La poderosa y emotiva Black Dog es un retrato conmovedor de los impresionantes cambios sociales y económicos en China, evocando el estilo de Jia Zhangke.