Todo es bien grasa y a mucha honra, aunque en cada secuencia extendida de acción se extraña el carácter físico y la precisa geometría de la puesta en escena que ha hecho de las diversas misiones imposibles de Ethan Hunt un verdadero placer genérico.
Merece destacarse por su estructura, intenciones y resultados, alejados por completo del formato usual de los contenidos con raíz en lo real disponibles en las plataformas de streaming.
Aunque el film del director de El día de la bestia alcanzó el mismo éxito que su anterior obra, hay poco del espíritu que caracterizó al cine español: solo un ligero golpe a la hipocresía en una historia que avanza hacia una simple rutina cómica.
Lo más interesante de 'Corralón' son algunos de sus apuntes sociales, aguafuertes audiovisuales de fugaz duración; el resto es rutina, suspenso mínimo, misantropía espuria.
El director aborda este retrato social y generacional con energía y un gran énfasis en la interacción entre las dos protagonistas y su grupo de amigos bikers.
Nada nuevo bajo el sol: el cine del director en general difícilmente pueda ser definido como sutil. Pero esa bravura técnica y estilística que podía aportarles brío a varios pasajes de sus films anteriores parece aquí fuera de lugar, autoimpuesta.
Sin esconder nada pero tampoco cayendo en una denuncia simplista, el film británico condensa en 90 minutos cuatro años de la vida del animal, logrando una gran intimidad y empatía.
En 'Gunda' no hay música que empuje al espectador a sentir tal o cual emoción, aunque los sonidos de la naturaleza conforman una compleja construcción sónica.
El resultado es extraño, pero nunca fascinante; espectacular, pero no ameno; circunspecto, pero poco profundo. Y un poco chabacano, como un ejercicio práctico de escuela religiosa con presupuesto de varios millones de dólares.
'Sunset Song' es un film hermoso y potente en su primera mitad. Sin embargo, después, algo sucede que convierte la narrativa en una serie de escenas poco efectivas, como si el montaje empezara a fallar.
Renoir muestra una superficialidad que, aunque no alcanza a ser liviandad, se hace evidente a pesar de la belleza de sus planos y la inclusión de ciertos elementos dramáticos.
Una película amable y superficial, que no busca metas más allá de su fábula. Su principal fortaleza es la actuación de Servillo, quien aporta veracidad y energía a cualquier personaje que interpreta.
Campion ofrece una historia poderosa y algo evasiva, repleta de giros y aparentes desvíos. Su narrativa es clara en su presentación, pero resulta complicada de captar.