Diego Lerer

Enervante, pero real.

La película recupera su eje, y aunque pierde parte de la gracia y accesibilidad presentes al inicio, alcanza una conclusión más perturbadora.

Filme seco y duro, que no exagera ni se regodea en la densidad del mundo que muestra sino que es puramente descriptivo y realista al respecto.

Es una película recomendable. Es una lástima que no se hayan atrevido a ir más a fondo con los cambios a la fórmula.

Se parece superficialmente a muchas road movies, pero tiene una verdad plano por plano que es propia y única.

Se agradece su decisión de mantener el formato en un tono 100% humorístico y no ceder a la tentación/moda de volverse una “comedia dramática”.

Una película que apuesta al honor, a la redención y al heroísmo como es THE HOMESMAN resulta, otra vez, doble o triplemente bienvenida.

Es una comedia menor y ligera.

La película puede parecer un ejercicio completamente demodé y algo anticuado para el espectador.

Si bien sus 'imitaciones' pueden terminar siendo un tanto agotadoras o reiterativas, son parte integral de su personalidad, un tanto insegura y temerosa.

Si bien el viaje y el choque de estilos ofrecen material para una comedia extravagante, la película se mantiene en un tono que se asemeja más a un diario de viaje.

Es divertida, ágil, entretenida.

Espectral y fantasmagórica.

Aún con sus excesos el resultado es extraordinario.

Siempre bajo ese tono casual casi de diario filmado o documental que tiene la película, DRINKING BUDDIES logra ser emotiva.

Es un filme curioso, extraño y a la vez muy normal.

De ser una serie indie con pretensiones cool, pasó a ser una serie con un grado de realismo y verdad inusuales.

Encantadora y simpática comedia.

La película tiene un ritmo algo extenso y algunas situaciones son predecibles, sin embargo, logró captar mi atención y me involucré en la intensidad que se desarrolla hacia el final.

No es una mala película y hace una muy interesante y fresca pintura de la industria pornográfica, pero ese no es el tema central.