Seguramente fue una muy buena obra de teatro cuando se estrenó hace casi 40 años y lo sigue siendo ahora. No creo que pueda ser considerada cine, pero funciona.
Usando los códigos clásicos del género pero en un estilo más reflexivo y político que puramente estructural, logra un relato notable sobre la violencia racial.
Haynes construye un bellísimo y emocionante relato acerca de hacerse grande y descubrir las maravillas que, pese a todas las dificultades, el mundo tiene para ofrecer.
Más realista que la mayoría de sus otros filmes, menos orientado a un público infantil, es una suerte de épica de los sueños nacionales de un imperio que pronto iban a caer con una fuerza.
Una extraordinaria primera parte se resquebraja un poco en la segunda, con ella ya adulta. Sin embargo, sigue siendo un ejercicio de mucho mayor resonancia emocional e imaginación que su famosa hermana mayor francesa.
Es una película banal, un juego de adivinanzas y referencias culturales que quedaría berreta hasta en un suplemento cultural de fin de semana de los diarios.
Un homenaje a la comedia clásica que entiende cuáles son los mecanismos para su mejor funcionamiento y que trata de aggiornarla con el humor más ácido que da el tiempo y la distancia.
Se siente como un producto de una época pasada. Si uno acepta el tono de la propuesta, el film funciona. Clooney es un buen narrador y organiza el relato con energía, humor y poniendo el énfasis donde hay que ponerlo.
Un homenaje audiovisual a un estilo, una manera de hacer películas que ya ha desaparecido para siempre. (...) una reflexión sobre el cine como proceso, como trabajo, como arte.
El problema radica en su formalidad, en su enfoque cinematográfico y en su concepción de la narración y la propuesta estética. La película 'Mientras dure la guerra' se centra únicamente en la política, dejando poco espacio para discutir aspectos cinematográficos.
La película, como casi toda la obra de Bande, no es para impacientes ni trata de derribar o modificar formatos ya probados por documentalistas que se dedican al retrato observacional. Es otra de las historias, (...) que el cine trata sino de cerrar al menos de evocar con recursos nobles.
Logra combinar un tema serio y denso con algunos apuntes formales originales y simpáticos. Su accesibilidad es, de algún modo, una invitación por parte de la directora y protagonista a acercarse a un tema complejo.
Godzilla: Minus One' sorprende por regresar a los orígenes. No solo de la trama sino en lo que respecta a su tono, a tomarse el tiempo de contar bien un cuento, crear una serie de reconocibles personajes (...) y, finalmente, tener una mirada también crítica.
No hay nada auténtico en la película que capte un interés genuino. La trama presenta alguna que otra intriga que podría resultar inquietante, pero su tono denso y sombrío ahoga la vitalidad que una cinta de este tipo debería ofrecer.
Más allá de algunos momentos intensos y emocionales, a menudo se siente que lo que se está viendo no posee un carácter auténtico ni refleta verdaderamente lo que ocurrió en 1943.