La película es bastante más que un ejercicio de estilo vacuo, ya que formalmente respeta y responde a los cánones del cine de la época sin hacer guiños estilísticos para audiencias modernas.
La primera entrega cinematográfica del megaproyecto transmedia «DAU» es una cruenta, potente y muy dura mirada a la vida en un instituto científico soviético rigurosamente vigilado.
No hay dudas que las ideas de la serie son correctas y apropiadas pero por momentos los guionistas aplican esas ideas de una forma demasiado lineal, sin dar espacio para la ambigüedad y el misterio que son propios del género en esta vertiente.
Una actualización a estos tiempos de los modos y temas del melodrama cinematográfico de los años ’50, en sus modos elegantes y sutiles, encuentra el modo de ser políticamente comprometida y hasta audaz.
Es una época que varias veces ha retratado el británico Terence Davies con un tono melancólico y elegante. Aquí, Boorman hace el juego casi de filmarla y no le sale del todo bien.
Parece evidente que es una película muy cortada o rearmada en sala de montaje. Tiene su clima, pero hay muchas subtramas que se dejan en el camino. La acción nunca cobra un peso real y hasta la lógica espacio-temporal es sumamente confusa.
[Crítica 1ª temporada]: Un poco 'Maisel', un poco 'Mad Men', puede ser más obvia y menos sutil que esas, pero el enfoque principal de la serie radica en seguir el desarrollo personal y profesional de la cocinera.