La película apuesta a un tono de cierta cómica solemnidad. Prefiere recuperar su magia de cuento-cuento, contado con verdadero interés y cariño por estos personajes y universos de mitos y leyendas.
Una película que tiene algunos momentos que uno espera del cine de Herzog, aunque son muy escasos y se agotan promediando la trama, lo que no logra sostener el resto del desarrollo.
Es un Cronenberg menor, más convencional y explicativo, careciendo del nervio y del extraño espacio negativo que suele manejar, el cual considero una de sus características más distintivas.
Las cámaras, tanto las de Troell como las del filme, pueden facilitar la observación, pero quizás no sean lo suficientemente profundas para revelar completamente la esencia de la historia.
Lo que el director hace es tomar como referencia la extensa historia del cine para crear dramas humanos que en ciertos momentos se manifiestan a través de las más brutales estrategias del horror.
Si bien su opera prima no alcanza a ser una obra maestra, sorprende e impacta, dejando claro que este director es una presencia a considerar en el futuro.
El problema es la forma. 'Babylon' es una película grandilocuente, irritante, fastidiosa, de una energía maníaca y desbordante que la vuelve prácticamente insoportable.
Inteligencia, sutileza, sensibilidad. Humor, música, ironía. Melancolía, belleza, poesía. Todos son elementos que caracterizan a la obra del realizador británico Terence Davies y que aparecen, en toda su dimensión, en 'Benediction'.
Seguramente fue una muy buena obra de teatro cuando se estrenó hace casi 40 años y lo sigue siendo ahora. No creo que pueda ser considerada cine, pero funciona.
El problema de 'Colette' radica en los recursos y en la forma en que se narra la historia. Es un academicismo puro, utilizando sistemas narrativos tradicionales que son tan antiguos como el patriarcado que la película –y la protagonista– intentan desafiar.
Usando los códigos clásicos del género pero en un estilo más reflexivo y político que puramente estructural, logra un relato notable sobre la violencia racial.
Haynes construye un bellísimo y emocionante relato acerca de hacerse grande y descubrir las maravillas que, pese a todas las dificultades, el mundo tiene para ofrecer.
Más realista que la mayoría de sus otros filmes, menos orientado a un público infantil, es una suerte de épica de los sueños nacionales de un imperio que pronto iban a caer con una fuerza.
Una extraordinaria primera parte se resquebraja un poco en la segunda, con ella ya adulta. Sin embargo, sigue siendo un ejercicio de mucho mayor resonancia emocional e imaginación que su famosa hermana mayor francesa.
Es una película banal, un juego de adivinanzas y referencias culturales que quedaría berreta hasta en un suplemento cultural de fin de semana de los diarios.