Wood tiene una mano segura para narrar historias humanas conectadas a momentos políticos fuertes del pasado reciente. Quizás su cine no se caracterice por la originalidad o el riesgo, pero es un realizador de pulso firme y seguro.
Pensar en una época desde una perspectiva diferente puede llevar a un reduccionismo asociado a las hipótesis que se manejan al realizar obras documentales, las cuales tienden a simplificar el contexto centrando su atención en los aspectos más evidentes.
Es un drama intenso pero a la vez un tanto agobiante que lamentablemente termina generando en el espectador el mismo agotamiento que puede generar una fiesta pasada de rosca.
En su último tercio, 'The Little Things' presenta un giro al estilo de Fincher que aporta una nueva dimensión a la trama. Aunque no alcanza a ser completamente satisfactorio, logra mantener la intriga del espectador.
Más allá de que se excede con las vueltas de tuerca en el guion, algo común en las narrativas del cine coreano, la película resulta bastante coherente y efectiva.
Se trata de una película cálida y modesta, que encuentra su tono recién promediando el relato. El encanto terminará pasando por ahí, por ser una película mucho más tierna y nostálgica de lo que parece en un principio.
Es una película bastante más gore de lo que parece en un principio y el realizador usa eso a su favor, sorprendiendo por momentos al espectador. Hay, sin embargo, algunos enredados giros de guión que aparecen cerca del final y que quizás sobren.
No hay nada más predecible y festivalero que películas como 'Climax'. Es un choque eléctrico cuyo único propósito parece ser desestabilizarnos. Más allá de eso, no hay mucho más que ofrecer. En realidad, solo un enorme desperdicio de talento.
La confusión le hace perder al filme buena parte del suspenso, ya que hay demasiados personajes y las situaciones suceden en paralelo y a gran velocidad, lo que impide que la película logre establecer un clímax dramático.
Todo aquí es de una medianía fea y anticuada, todo diálogo es un discurso(...) y toda escena intenta demostrar una idea, usualmente una muy banal y previsible.
El director opta por un tono de comedia casi absurdo que roza el patetismo, pero logra evitar caer en él gracias a la gran empatía que muestra hacia los personajes.
El realizador construye un universo que se relaciona con el tono y estilo de sus estudios en video, creando una película geométrica con encuadres meticulosamente calculados que evocan claramente el cine de maestros como Michelangelo Antonioni y Yasujiro Ozu.
Ngo prueba ser una directora de acción altamente efectiva, presentando una narrativa bastante convencional, pero enriquecida con una variedad de recursos visuales ingeniosos.
Esta nueva película de Marvel presenta a un personaje poco conocido del universo de los cómics y desarrolla una historia de origen de un héroe asiático, destacando la influencia del cine de artes marciales.