Logra espectaculares escenas en el mar y presenta una historia con elementos dramáticos que justifican su narración. Sin embargo, la trama rara vez logra escapar del letargo que viven los tripulantes del Essex.
No solo se convierte en una feroz crítica a la cultura corporativa de esa compañía en estos hechos específicos, sino a toda una filosofía de maximización de beneficios que está extendida en Wall Street.
La tensión que se genera entre esos materiales y lo que se sabe que pasaba detrás de escena es, sin duda, lo más destacado de este documental, que se presenta de manera prolija y profesional, aunque en ocasiones resulta excesivamente formal.
La película no sale de lo convencional, pero el elenco es muy bueno y hace algo que es fundamental en este tipo de films: torna más o menos creíbles las escenas dentro de la cancha.
De todas las series que intentan expandir el universo de Star Wars, 'Andor' es la mejor desde 'Mandalorian'. Presenta una verdad, una tensión y una inteligencia que son características distintivas de la narrativa que ofrece.
'La enfermera' es un relato de suspenso muy efectivo centrado en el caso. Esta serie podría funcionar como una película larga si se eliminaran algunas escenas.
Brutal, implacable y, finalmente, un tanto agotadora, por momentos la película cae víctima de su propia trampa y termina explotando la misma crueldad que intenta denunciar.
El problema de la serie es que, tras un primer episodio intrigante, se convierte en una versión algo extensa y casi monótona de un drama carcelario. Se siente como si pudiera haber tenido mucho más potencial presentándose como una película convencional.
Finley presenta una narrativa tranquila que, en lugar de ahondar en el potencial suspense de la investigación, se enfoca en el desarrollo de los personajes. Hay toques de humor, pero el director opta por contenerse antes de caer en el chiste fácil y explorar el entorno.
En lo que podría ser el punto más bajo de su carrera, el director de 'Traffic' y 'La gran estafa' intenta realizar una comedia absurda sobre los Panamá Papers, pero el resultado es decepcionante.
Es una película que, pese a sus simplificaciones caricaturescas y su retórica por momentos repetitiva, funciona la mayor parte del tiempo como un potente llamado a la acción frente a las injusticias sociales. No es sutil, pero es poderosa.
Salvo algunas pocas escenas con algún grado de inquietante intensidad de película de espionaje, lo demás es tan gris como el trabajo concreto frente a las computadoras del propio Snowden.
Intenta ser una película que se mete en una forma de vida y en una clase social que puede ser tan impune como irresponsable y en la que no existe ni la culpa ni la conciencia de clase.