Película amplia y sinuosa, abierta a su propia descomposición interna. 'Los rubios' expande el campo discursivo del cine político en Argentina como ninguna otra lo había logrado desde 'La hora de los hornos'.
Una película graciosa y emotiva que termina convirtiéndose en un bello y nostálgico homenaje a Nueva York. Termina generando emociones y reflexiones más intensas de las que imaginábamos al comenzar este viaje.
Actualiza algunas ideas y cambia ciertos personajes para crear una saga de acción y artes marciales prolija y con momentos efectivos pero sin demasiada vida.
La película no intenta revolucionar el mercado del cuento infantil sino devolverle un poco de su grandeza clásica. Y, en ese sentido, el tradicionalista Branagh lo logra.
Como 'First Cow' o 'Minari', el film de Zhao presenta un tono sereno, una narrativa concisa y una notable capacidad de observación del mundo real, lo que lo distingue del resto de producciones convencionales.
Tiene mucho de inquietante y muy poco de convencional. Ari Aster no parece tener apuro ni apuesta por una estética clipera ni efectista a la hora de incentivar el terror.
Intenta ser una metareflexión sobre el arte y la creación similar a las que suelen aparecer en las obras de Charlie Kaufmann, pero en realidad se asemeja más a una terapia psicoanalítica presentada como un extenso ejercicio de danza contemporánea.
Una más que aceptable película que aborda un tema complicado y que, en mi opinión, supera sus desafíos de manera notable en comparación con otros relatos similares que han tenido más éxito comercial.