Cuando un director es capaz de crear un mundo en el que no conocemos las reglas y logra captar nuestro interés en lo que sucede, me dejo llevar por sus exploraciones.
La belleza de 'My Mexican Bretzel' radica en la combinación de sus impresionantes imágenes, que han sido magníficamente conservadas y restauradas, junto con los textos que guían el drama y la estética de la obra.
Es un interesante acercamiento a un fenómeno muy actual pero su larga duración termina afectando sus resultados, ya que es una película con grandes momentos que se terminan perdiendo un poco a lo largo del relato
La cámara desenfrenada y descontrolada, característica del cine de Williams, presenta en este cortometraje un elemento singular que modifica, para bien, la dirección de su obra.
Este filme ensayo del realizador, crítico e investigador toma materiales y escenas viejas películas argentinas abandonas o inconclusas para contar una suerte de historia oculta o paralela del cine nacional.
Más allá de esas discutibles elecciones formales, el filme funciona como una nueva mirada de Lockhart a un universo ya explorado en filmes previos realizados.
Es cierto que el drama de los personajes nunca alcanza el interés que tiene el material de archivo, pero evidencia claramente las frustraciones de las generaciones que crecieron a la sombra de esta ilusión nuclear.
Remite al juego infantil, con sus fondos falsos, su escenografía simple, sus trucos de prestidigitador de esquina, que logra hipnotizar al espectador con sus pases de magia.
Es una película imponente y con imágenes potentes. Pero narrativamente, Caballero presenta un delirio puro, con un tono casi lynchiano que en ocasiones resulta episódico y excesivamente casual.