Como ya lo hizo en 'La helada negra', aunque de una manera más efectiva, Schonfeld se mueve en un espacio que combina realismo y fantasía, fusionando lo cotidiano con lo místico y lo indescifrable.
A lo largo de más de dos horas, la película acumula tantos clichés sobre la comida, la bebida y el discurso en torno a estos temas, que roza la parodia.
Un tanto desordenadamente pero siempre de manera muy fresca y graciosa, el documental sigue a decenas de especialistas, chefs, vendedores de productos italianos (...) y analistas culturales que ayudan a pensar estas alteraciones gastronómicas.
El filme sigue las vicisitudes de estos restaurantes, abarcando desde sus infraestructuras hasta el desarrollo del menú, pasando por las relaciones entre su personal, las inauguraciones y los premios. Finalmente, se centra en la creación del más complejo de todos ellos.
El filme presenta buenos momentos e interesantes descubrimientos, sin embargo, la impresión de que es una gran promoción del restaurante disminuye su valor.
Lo más destacado pasa por la manera en la que la película captura el mundo de la universidad, con sus conflictos internos, miserias y debates, pero también con su solidaridad y la sensación de estar todos juntos.
A pesar de que los personajes, junto con las actrices que los interpretan, poseen un notable carisma, las canciones carecen de originalidad y los conflictos se presentan de manera predecible. Todo lo que se intuye que sucederá, en efecto, ocurre.
Un simpático entretenimiento que bien podría transformarse en un pasatiempo entre amigos, como el juego del asesino o similares. La experiencia de ver la serie es bastante parecida a eso.
Lerman comprende que su rol como narrador es crucial, realizando un viaje que comienza con una mirada desinteresada o condescendiente y culmina en una perspectiva que reconoce que el mundo es mucho más vasto y complejo de lo que parece.
Una película emotiva si bien la directora evita subrayar su relato y jamás busca la lágrima fácil, esta se termina produciendo por la propia lógica del proceso y de la conexión entre alumnos y maestro.
Lo cierto es que, de reducir el guión a un nivel más básico y realista, GRADUATION podría funcionar mucho mejor, y hasta acaso ser la mejor película de Mungiu. Así como está, se queda a mitad de camino.
El estudiante es una película de iniciación y aprendizaje. Es un viaje que nos sumerge en un mundo desconocido, donde el protagonista se esfuerza por comprender y dominar su entorno.
La película cuenta con momentos brillantes y sumamente divertidos, gracias a la actuación del trío formado por Diaz, Punch y Segel, quienes aprovechan al máximo cada escena así como cada ironía elaborada por el equipo de guionistas de The Office.