Más allá de ciertos excesos de preciosismo visual que hacen que la película sea bella pero la acercan a un cierto pintoresquismo, 'Cosas que no hacemos' logra construirse como historia a partir de pequeños momentos y observaciones.
Lo que se presenta aquí resulta ser crudo, manipulador y superficial. Es como si se tomara algo serio casi siempre a la ligera y, al final, intentara forzar algunas lágrimas con golpes bajos. Este enfoque no es efectivo.
La realizadora debuta con una película más que promisoria, que trabaja esas referencias a otras cineastas como otra suerte de sororidad. En este caso, cinematográfica.
La película se ve y se disfruta como lo que es: una historia de amor bella y complicada, quizás un tanto atrevida y seguramente problemática, pero narrada de una manera personal.
Logra adaptar la estética retro hasta nuestros días y recuperar parte de la magia del cine de John Hughes y Wes Craven en un contexto político, social y cultural significativamente diferente al de las épocas que la película homenajea.
La película funciona bastante bien en su primera hora, planteando los conflictos entre los personajes. Sin embargo, en la segunda hora, las dificultades y problemas crecen de una manera que resulta excesivamente guionizada y conveniente para los giros narrativos.
Un film que funciona correctamente, a pesar de que en ocasiones su guión parece provenir de esos talleres que se realizan en Sundance. Es innegablemente efectiva, aunque puede generar algunas dificultades en su interpretación.
No hay un relato convencional ni tradicional en el film. Lo que se intenta capturar es esa sensación etérea de un par de adolescentes viviendo un romance veraniego. 'Tendre' captura esa experiencia y la transmite de manera tal que el espectador la siente cercana.
Esta película mexicana presenta una estructura tradicional y clásica, sin embargo, lo que la destaca es la subcultura específica que retrata y en la que se involucra el protagonista.
Con una línea narrativa bastante simple, lo que hace de 'Monos' una experiencia fuerte es la manera en la que Landes nos introduce en la mente de estos jóvenes, con quienes empatizamos desde el principio, a pesar de conocer sus acciones.
Más allá de las controversias que la película pueda generar por el tema que trata, los Dardenne no intentan explotar el asunto de una manera morbosa ni nada parecido.
Es tan natural, realista y creíble en la descripción de sus personajes y su mundo que, aún cuando el guión hace a la película recorrer caminos un tanto más previsibles, esa cualidad casi nunca se pierde.
Jamás apuesta por el miserabilismo ni por el melodrama, y evita caer en un juicio severo sobre la situación actual. La película, en su esencia, transmite un mensaje de esperanza, amabilidad, solidaridad y afecto.
Una comedia fresca y encantadora que explora la amistad. Es una excelente película –sí, otro coming of age– que presenta a dos protagonistas memorables.
P pierde un tanto el rumbo en la última media hora, volviéndose por un lado innecesariamente violenta y, por otro, porque los acontecimientos de esa etapa son menos intrigantes que los anteriores.
Funciona muy bien siempre dentro de los patrones formales del cine independiente norteamericano. Es una comedia, sí, pero no esperen situaciones hilarantes o grotescas.