La película cumple al ofrecer humor físico y colores vibrantes que logran captar la atención de los niños más pequeños. Sin embargo, carece de contenido atractivo para los adolescentes y los adultos que los acompañan.
Una película que funciona como las mejores fantasías escapistas de Hollywood, donde gente hermosa con habilidades de superhéroe recorren locaciones exóticas y hacen chistes mientras salvan el mundo. Sin dejar de verse fabulosos en el proceso.
un relato preciso que sabe explotar la jungla de colores y personajes que es la noche bonaerense, y con un tratamiento del color y las locaciones muy del cine de los setentas. Un agobiante ejercicio donde el miedo es una tortura invisible y la paranoia, la única manera de enfrentar el mundo.
Un ejercicio admirable, con momentos de genialidad que llevarán al espectador/jugador no solo a sentirse como un sádico titiritero, sino que además a verse apuntado con el dedo.
Corrige varias meteduras de pata de la saga original, partiendo por presentar una historia de hilo coherente, un humor más noble y un sentido del espectáculo que no se cae al exceso apocalíptico.
Una suerte de "El chavo del 8" crecidito y enamoradizo, moviéndose entre viñetas de humor más o menos exitosas, y con un "mensaje" tan sutil como un martillazo en la cara.
Hay algo noble en su ritmo y honestidad. Y es que a veces no hay nada mejor que una película B que sabe cuáles son sus virtudes y defectos, y se lanza a entretener.
Estamos ante una película "de bailarines" que de alguna manera evade todos los clichés y estructuras repetidas, para ofrecer una elegancia hipnótica que se mantiene durante todo el metraje, (...) Como un buen espectáculo de danza, un deleite.
La película es un relato cercano e incómodo, que no ofrece muchos matices sobre lo que está diciendo, y que tiene su mejor arma en las actuaciones y la simpleza para abordar aquello que es tan complejo. Honesta y muy humana hasta el final.
La película ofrece una buena dosis de humor y tensión deportiva, entrelazando momentos de emoción bien medidos, aunque carece de sorpresas impactantes. A pesar de esto, logra cumplir con su objetivo.
El inconveniente surge cuando las estrategias para provocar miedo se vuelven tan evidentes como las explosiones de ruido repentino y la edición repleta de efectos visuales que generan cansancio, incluso en el espectador más tolerante.
Con espíritu de telefilme y un protagonista que carece casi completamente de conflictos, los realizadores solo dan lugar a una única lectura posible: admirar a un santo que no es más que bondad, filantropía y humildad.