No posee la misma magia ni nostalgia que tanto se apreció en la película anterior, pero no podemos culpar a los Muppets por descansar en los laureles, ya que las risas son constantes.
Es una película elegante de narrativa fina y detallista, que es tanto la reconstrucción de un pasado abandonado como de un personaje que recién cerca de los cincuenta años empieza a entender quién es realmente.
Sin duda, es muy interesante para aquellos que disfrutan de la comida peruana, pero la perspectiva de esta producción se asemeja más a un video corporativo que a un relato profundo que intenta expandir la mente en lugar de solo despertar el apetito.
La película es muy divertida e hilarante, y les saca el jugo a personajes muy bien construidos sin caerse nunca a la caricatura o a la pachotada fácil. Un hit.
El documental es elegante y las imágenes, elocuentes y cuidadas, pero falla en el ritmo y el discurso, contentándose con mostrar viñetas que no terminan por cuajar.
Las actuaciones de ambas Catherines son el pilar fuerte de este relato cálido de amistad y reconciliación, que pese a su oscuridad imperante termina encontrando el suficiente optimismo para ganarse el calificativo de "entrañable".
Con mucho humor e ingenio, un agudo comentario social y actuaciones sobresalientes para regodearse, es una película que se siente épica en su simpleza, y que entretiene tanto como conmueve.
Hay suficiente presencia para sostener cualquier cosa, pero el humor esporádico, la dramaturgia predecible y sin sorpresas termina sintiéndose vacía y sin mucho propósito.
La historia no es muy original que digamos, pero la ejecución resulta impecable, con un ritmo sin tregua y amplio catálogo de humor para dejar contentas a todas las facciones posibles del espectador actual.
En un tiempo donde la sobrecarga de efectos visuales y la violencia dominan, es un placer entregarse a esta experiencia cautivadora. Aquí, la ciencia ficción se presenta de una manera tan sencilla como la fantasía de un infante.
La película destaca por su vibrante colorido y su constante acción, sin embargo, puede resultar decepcionante para quienes anhelan una trama rica en personajes bien desarrollados. Es una opción ideal para revivir recuerdos de la infancia y calmar a aquellos que siguen siendo niños en su interior.
Una narración pesada que se mantiene por la conexión entre los protagonistas. A pesar de que las escenas de acción son aceptables, no logran salvar un guión que carece de originalidad.
Las actuaciones sutiles, llenas de miradas y silencios que reflejan sentimientos ocultos, se complementan admirablemente con una dirección sofisticada y una banda sonora inquietante que emana tragedia y sufrimiento.
La película se llena rápidamente de sustos por ruidos inesperados, actuaciones deficientes y un humor exagerado, generando la inquietud sobre cuál es su mayor defecto: la falta de originalidad o la carencia de habilidades en la realización cinematográfica.
Hay espectáculo, bulla y más de algún placer en la destrucción y el desmadre bien dosificado, pero no va a necesitar mucho viento para que se lleve de su cabeza el recuerdo de la película.
La historia avanza a un ritmo emocionante y su breve duración asegura que se mantenga creíble, sin perder la energía que impulsa la narrativa, que es tanto clásica como efectiva.