Un relato conmovedor y elocuente que explora su propia historia y una realidad constante para la cineasta. La captura visual es un juego continuo que establece una atmósfera poética, complementando a la perfección el tono que la realizadora desea transmitir.
Todo se siente artificial y subordinado a un guión que utiliza recursos emotivos exagerados. Aunque hay escenas románticas como besos bajo la lluvia, el público no siente una conexión emocional.
Trepidante y muy bien realizada, es importante señalar que el "mundo africano" no es más que una nueva fachada para una historia que hemos estado viendo durante años, con los mismos lugares comunes de siempre, pero con un diseño de producción impresionante.