Lo peor de esta película es que no contribuye en absoluto a la biografía de la actriz estadounidense, ni enriquece el género del biopic, que se siente más como un telefilme pop. Además, reduce a personas que vivieron y padecieron a meras caricaturas.
Inteligente, ácida, divertida, triste, tierna y melancólica, 'Los que se quedan' cumple con todas las expectativas que se pueden tener de una película de Alexander Payne. Es una obra inolvidable que tiene el potencial de convertirse en un nuevo clásico navideño.
'Modelo 77' tiene sus momentos agradables, aunque el resultado final sea más confuso. Es interesante, pero presenta una falta de definición, ya que aborda demasiados temas sin profundizar en ninguno.
Un poderoso ‘thriller’ intimista que presenta el terror de Pinochet como trasfondo. Su narrativa es sutil y elegante, reflejando la complejidad de su protagonista.
La antiheroína destaca con su vestuario de Vivienne Westwood. Es una película entretenida, un cóctel que, aunque no aporta nada particularmente innovador, está bien estructurado y resulta efectivo.
Es una película abiertamente naíf. A sus 91 años, Eastwood literalmente se arrastra ante el espectador para reconciliarse con un paisaje que lo es todo.
No se trata de ningún gran documental. Da un poco igual. Con revivir cómo aquel negocio se convirtió en meca del hedonismo, en aquel milagro de esplendor y placer, merece la pena contemplarlo.
Divertida y angustiosa a partes iguales, es una obra artificiosa y exagerada que, a momentos, resulta extrañamente poética. La película logra operar en múltiples niveles y juega con diversas atmósferas.
No teme ser lo que es: una película política que apela a la emoción del espectador a través de un personaje que lo acapara casi todo y que solo un actor con la estrella de Ricardo Darín puede llevar a buen puerto.
Tiene más que evidentes paralelismos con 'The Souvenir' (2019), aunque no le llega ni a la suela de los zapatos. Es un filme vacío e impresionista en su peor interpretación. Todo resulta caprichoso.
Con una estructura que se mueve entre sucesos y recuerdos es una película tensa pero desaliñada. Aunque cumpla una función en la recuperación de la memoria más dolorosa de Chile.
Robusta y comunitaria, es imprescindible. Un fresco en el que el espectador asiste sin pestañear a las conversaciones cruzadas, entrevistas y relatos de una serie de mujeres y hombres que abordan temas de oficinas y sindicatos.
Howard patina. Se presenta una serie de abordajes simplistas que intentan unir las dos Américas con una visión optimista del mundo que resulta difícil de aceptar.
La ciencia ficción y el drama paternofilial se entrelazan de manera efectiva en esta película, que logra destacar especialmente en su tramo final. Sin embargo, la narrativa tiende a dispersarse en su parte intermedia.
Contiene algunos rasgos que le otorgan personalidad propia. Hecha con más imaginación que medios, su monstruo no requiere grandes alardes técnicos porque el pánico ya lo llevamos todos dentro. Y saber jugar con esa carta es un logro.