Esta incomprendida maravilla de Ang Lee de 2003 es genial. Casi surreal, experimental. Tres escenas notables: la pelea con los perros gigantes, el escape de las instalaciones y los saltos-vuelos por el desierto.
'El cordero' avanza por su carril de cine arte, con los códigos y usos de un tipo de cine-ensayo de "fórmula" que puede encasillar historias y personajes en ideas que suenan bien desde afuera.
Reivindicación de la cultura nerd a nivel de masas, el estreno de este título es un síntoma y apertura de contenidos injustamente subvalorados por el mainstream: un tipo de oferta que de seguro será una grata sorpresa en la taquilla y que debiera atraer a audiencias eternamente ignoradas.
Se trata de una óptima continuación que aplica un humor y sensibilidad masiva, sí, pero con anotaciones y detalles que hablan de la buena mano de Elizabeth Banks para hacer comedia.
Es muy rápida y verborreica, con una brillante estructura, como siempre pasa con los guiones de Sorkin. Y para ser su debut en la dirección, es un primer paso notable, porque se trata de una película de una fuerza genuina.
Sin demasiadas sutilezas, este filme se asemeja a cruzar un campo de cebollas; independientemente de si se coincide o no con lo que se presenta, las lágrimas están aseguradas.
Cuidadosa y hasta elegante pese a su controversial material, esta historia basada en hechos reales utiliza el humor y sus rincones más inteligentes para sacudirse de encima la predecible etiqueta de tragedia y oscuridad.
Esto es, en verdad, televisión de gran formato y no cine, lo que no quiere decir que sea del todo cuestionable: solo es anómalo y puede requerir algo más que fe para completar los huecos que dejan las elipsis forzadas e infructuosas de esta "resumitón".
Falta un mejor y más elaborado contexto, que podría hacer más universal este intento por comprender la obra y cabeza del fallecido escritor. Pero, así y todo, se trata de un trabajo con valiosos testimonios.
Es disfrutable, entrañable y sobre todo, un documental a la altura del talento que define y recuerda. A una gran artista como Joplin, una gran película como esta.
'Steve Jobs' es una obra original y creativa, reflejando la innovación del propio Jobs. Es una película que se disfruta de principio a fin, con un estilo distintivo que la hace resonar como un auténtico producto
'Lemmy' es un homenaje y, al mismo tiempo, el trayecto de un río que fluye libre y salvaje, reflejando la esencia de un artista que siempre desafió el statu quo y las etiquetas.