La gran actriz Maggie Smith es un tema aparte, es un subgénero en sí misma y sube el promedio de una corriente de historias hasta la aprobación aceptable.
Llena de genialidad, 'The Square' sale victoriosa en todos sus cometidos y resulta, para bien, como una de sus escenas con un artista imitando un simio: tan peligrosa como un mono con navaja. Imperdible.
Alejandro González Iñárritu presenta una obra maestra que explora el arte, la identidad del artista y los destellos de la creación. La película profundiza en la necesidad de ser amado, y revela un aspecto esencial: la complejidad de sentirse también odiado.
Diálogos inteligentes, una puesta en escena exigente, pese a lo mínimo, y la confusión entre realidad y ficción, hacen de esta gran película una propia reflexión sobre la confusión.
Es destacable ya que Favreau estableció el tono que caracterizaría a este millonario, impregnándolo de un notable sarcasmo y mostrando de manera constante que Stark/Iron Man es profundamente humano y, en consecuencia, susceptible a cometer errores.
Logra algo singular para su género: tras unos minutos de presenciar nula actividad neuronal en tres de los cuatro protagonistas, uno inmediatamente se pone del lado del fantasma Charlie y sus instintos de eliminar las malas líneas y actuaciones de pantalla.
Santiago Mitre, el director, demuestra un enfoque técnico sobresaliente. Su propuesta estética, que puede parecer ambigua, podría ser malinterpretada. En mi opinión, la película tenía el potencial para ser una obra maestra, pero se quedó atrapada en su propia ambición.
Tensión realista, profunda emoción y enfoques inesperados junto con un manejo del tiempo excepcional son algunos de los logros destacados de esta película.
Con un enfoque humano y profesional asombroso, se cuentan acontecimientos con gran intensidad. En ciertos instantes, recuerda a la película 'Todos los hombres del Presidente'. Un trabajo verdaderamente admirable.
Hecha con la sensibilidad de un mamut pisando huevos de codorniz, claro esto no es el mejor cine, pero por lo menos contiene los elementos para convertirse en un referente del cine bizarro y de culto por sus disparatadas ideas.
Lo que se muestra externamente es una fórmula predecible, respaldada por tres grandes actores. Sin embargo, en el trasfondo se encuentra una crítica al mercado y al capitalismo desmedido, algo que no es fácil de expresar.
Un director con un estilo visual formidable y maduro, un artista capaz de esculpir un aparente melodrama para darle una grandeza fílmica como pocas veces se puede ver. Una gran y fuerte película que no te suelta hasta su último segundo.
Resulta un viaje por la autopista de una triste nostalgia: un bello diaporama y una colección de imágenes que podrían ser recuerdos -de cualquier adulto- de una infancia perdida, pero inocente pese a todo.