Es uno de esos films que quiere abarcar mucho pero termina apretando poco, síntoma inequívoco de su carácter introductorio a un universo que, en caso de los números de taquilla respondan, podría expandirse por un buen rato.
'Ciudades de papel' logra retratar la aventura de Quentin y su grupo con una profundidad que resalta su experiencia, al abordar sus sufrimientos, dudas y vacilaciones de manera directa.
El director Josh Boone acierta al presentar el cáncer como un elemento importante de la película, pero no como su núcleo. Así, sus protagonistas son retratados como jóvenes antes que como enfermos terminales. Sin embargo, al final, el exceso de explicaciones y moralejas resulta innecesario.
La película presenta un enfoque más automático y meticuloso. A pesar de contar con una serie de chistes previsibles, 'Un príncipe en Nueva York 2' se siente como una repetición de lo ya visto.
Visual y sonoramente impresionante, defensor del montaje frenético a toda costa, directo y exuberante, Bay presenta a sus personajes cortando y pegando imágenes con tal rapidez que impide cualquier intento de ubicación y comprensión de las escenas.
Adam Sandler y Drew Barrymore intentan brindar lo mejor de sí para dar vida a una comedia que sigue un enfoque conservador y presenta chistes que tienden a repetirse. En ciertos momentos logran cumplir con este objetivo.
Firth y Tucci brillan en esta sobria y contenida historia. Ambos se enmarcan en la mejor tradición británica, mostrando actuaciones que prestan atención a la cadencia de los diálogos y a la sutileza de la comunicación no verbal.
Encuentra sus mejores momentos con el musculoso John Cena. Farrelly también se enreda estirando el relato mucho más de lo necesario, pero sigue teniendo la mira afinada para imaginar mil chistes motorizados por la estupidez.
Giralt le imprime el tono de una comedia amable y felizmente liviana aun cuando lo que se esté dirimiendo sea, quizás, la posibilidad del comienzo de algo nuevo.
Funciona en la medida que lo hace la involuntaria complicidad, casi siempre amable, de quienes just pasaban por el rodaje, testigos directos de la energía infantiloide y la pulsión por el ridículo de esta comedia-bálsamo en tiempos pandémicos.