Romcom de una amabilidad desarmante que carece de virulencia ideológica, pero que también critica con cierta gracia la hipocresía británica y de los movimientos oenegeístas.
Una obra para quienes disfrutan del melodrama racial. La actuación de la niña protagonista es lo más destacado, mostrando una naturalidad admirable. Sin embargo, la duración de la película resulta excesiva.
Con excelente ritmo, suspense y riguroso análisis periodístico, este documento desclasificado no desfallece en ningún momento: sigue a su antihéroe con respeto, ramalazos picarescos y honestidad.
Para culpables y contradictorios voyeurs de la decadencia de Europa. Pantagruélico y excesivo, el director se pone del lado de su villano de opereta: reniega de lo correcto para abrazar la falibilidad.
Interesante, resulta más atractivo como un ensayo cuasi fatalista y romántico que como un producto destinado a seguidores. Además, se encuentra notablemente por encima de la media.
Película deliciosamente intrascendente y adorablemente previsible. No arriesga nada y juega sobre seguro. Todo parece cambiar para que todo siga igual. En el fondo, puede que eso nos guste.
Es un artefacto humorístico de alta precisión. Reem Kherici, en su triple función de directora, actriz y guionista, rompe con la ortodoxia de la romcom, reinventando el género de manera refrescante.
De todo el proceso para cumplir con los requisitos de ser una persona normal, la película logra sus mejores momentos: las citas, los tests y los equívocos.
Magnífico. Shyamalan es único en crear incomodidad y suspense a partir de elementos mínimos, logrando una elegancia que parece haber desaparecido en el cine actual. Es una grandiosa película.
Es una película de guerra al estilo clásico, con una cinematografía impresionante y una adherencia notable a las convenciones del género. Dicha obra evoca la nostalgia de un programa doble, tal como se hacía en tiempos pasados.
La película logra funcionar, y lo hace de manera efectiva. Presenta buenos chistes, aunque algunos son menos acertados. Las canciones son excelentes y se percibe una atmósfera de celebración propia de un cierre de ciclo.
Un espectáculo visual, un frenético mix de épica político-bélica y conspiraciones, pero sobre todo, una apasionante reinterpretación de la figura de Milady De Winter, interpretada de manera fabulosa por Eva Green.
Ideal para un Halloween previo en temporada veraniega. Divertida, de brillante atractivo visual, con una galería de fantasmas que remiten no solo a los de las atracciones disneyanas, sino a los dibus de ‘Scooby Doo’.
Entre las muchas cosas que le debemos agradecer a esta siguiente estación está el haber transformado a Paz Vega y a su homónima Paz Padilla en versiones contemporáneas de Dean Martin y Jerry Lewis.