Moreno profundiza en su serie de películas religiosas, realizadas con un notable buen gusto. Sin embargo, los diálogos tienden a ser demasiado explicativos y el mensaje se presenta de manera bastante obvia, lo que se convierte en una de las principales críticas a una narración que se siente pedagógica.
La otra misión de Roland Joffé deja la impresión de que su autor avanza con cautela, sopesando lo que desea transmitir con tanto cuidado que la técnica termina por eclipsar el sentimiento.
No es fácil resumir una vida en una película. Esta es larga, pero no logra abarcar todo lo necesario, especialmente porque Olivier Dahan, en su ambición, se enfoca en sus años de infancia, que son los únicos de paz y felicidad.
Retrato mustio. La esforzada fotografía no suple las debilidades de la estructura del guion. Teatral y trascendente, la puesta en escena tampoco ayuda a insuflar vida en un relato deslavazado.
Pasen y vean, disfruten en familia, porque esto también es cine, quizá el más puro y primitivo, el que costaba un níquel y no se daba ínfulas artísticas.
El maestro Wajda no duda en mostrar el perfil menos fotogénico del fundador de Solidaridad, pero también el pícaro y el noble y, sobre todo, el humano.
Gala Évora es una obra faraónica. Se trata de una película inteligente y equilibrada, cuyas virtudes resplandecen aún más gracias a la brillantez que emana Gala Évora.
Interpretación sublime. Sin parecerse demasiado al ex presidente, Michel Bouquet asimila de forma colosal su papel, hasta el punto de que el espectador recordará ya para siempre a Mitterrand bajo los rasgos hastiados del actor.
Aplica las viejas recetas ya contrastadas y se limita a aprovechar el encanto de sus intérpretes. Una oportunidad para reencontrarse con dos grandes actores embarcados en un mensaje obvio pero saludable.
Buen cine hecho con prisas. M. Night Shyamalan reflexiona sobre la fugacidad de la vida con una nueva muestra de terror suave. Lo hace a su modo y presenta momentos que rozan el ridículo.
Una película casi imposible de recomendar, menos aún a una madre o a una novia joven. Sus innegables virtudes quedan ¿empañadas, subrayadas? por una caligrafía torva y estilosa a la vez.
El espectador puede jugar a tratar de adivinar de qué película está copiada cada escena. Es una sucesión de parodias, en teoría involuntarias, ejecutadas por actores de primera fila.
A la fuerza hay que ver esta película de aventuras con indulgencia porque un análisis mínimamente riguroso de su argumento nos llevaría a una desagradable sucesión de denuncias: que si el guión es ridículo.
Una historia que rebosa magia. Se podría pensar que tiene pocos defectos. Cuatro directores brindan diversidad y cuidan cada detalle, logrando un producto casi perfecto.