Es parte de la evolución de un sello único, un milagro del que, si uno se deja llevar, saldrá casi levitando. Hay belleza, originalidad y elegancia para conectar emociones, deseos y sueños.
El único inconveniente de la película es que algunas escenas pueden asustar a mi hija de cinco años. A diferencia de otras superproducciones, estas crónicas son breves pero intensas y bien desarrolladas.
Este drama se sostiene sobre la poderosa actuación de sus actrices y carece de efectos especiales o un extenso reparto. La película narra una historia grandiosa sin perder la esencia de su simplicidad.
Película intimista. Curran ha explorado este mundo sin eludir ninguna arista, ofreciendo un trabajo reflexivo sobre un viejo problema, que culmina con un final engañoso.
Empieza con una escena fabulosa. Sin embargo, una vez que se han gastado los primeros millones de dólares, la creatividad parece agotarse. El argumento se vuelve tan predecible como monótono.
Graizer demuestra con este sencillo drama que no se necesitan ingredientes exóticos para crear un buen plato. En su debut, desafía los estereotipos del cine romántico y culinario.
Mi gran cena griega. Hermosísima película. Quédense con el aroma de esta excelente obra, llena de humor y cargada de especias, que entra por los sentidos y ensancha el conocimiento.
Película luminosa y feliz. Desde el plano cinematográfico, Jollien y Campan optan por no complicarse. Prefieren transmitir su poderoso mensaje de manera sencilla. El filme resulta terapéutico.
Un ingenioso giro argumental nos conduce de manera efectiva a un gran malentendido, que sirve como un excelente punto de partida para el desarrollo de la historia. A partir de aquí, logran hacer que la trama crezca de forma sólida.
Haría falta un argumento más salvaje para despertar entusiasmo. Chaumeil no lo logra. A cambio, alcanza el tono justo para dejar que pasen las cosas, como la vida.
La película presenta personajes memorables. El guión elige audazmente no permitir que ocurra acción alguna. Oriol Vila se encuentra atrapado en una misión complicada, moviéndose entre diferentes géneros, pero permanece estático y sin compañeros.
Tiene el acierto de encontrar tres personajes que despiertan el interés del más despreocupado. Wood tiene madera de buen director y combina con acierto los elementos.
Texto brillante, que recuerda, por temática y naturalidad, a 'Smoking room'. Es un gustazo toparse con un producto de la tierra capaz de conectar con las inquietudes del espectador.
Rebella y Stoll logran crear momentos humorísticos en una narrativa dura, que se asemeja más a una autopsia que a una comedia tradicional. No se trata de entregarse a un exceso con este 'Whisky', sino de disfrutarlo a pequeños sorbos como una rareza excepcional.
Ofrece un reparto estupendo, una estructura ambiciosa y sucesos impensables. El guión es un gran absurdo perfectamente organizado, adornado por una dirección de arte robusta.