El único inconveniente de la película es que algunas escenas pueden asustar a mi hija de cinco años. A diferencia de otras superproducciones, estas crónicas son breves pero intensas y bien desarrolladas.
Este drama se sostiene sobre la poderosa actuación de sus actrices y carece de efectos especiales o un extenso reparto. La película narra una historia grandiosa sin perder la esencia de su simplicidad.
Película intimista. Curran ha explorado este mundo sin eludir ninguna arista, ofreciendo un trabajo reflexivo sobre un viejo problema, que culmina con un final engañoso.
Empieza con una escena fabulosa. Sin embargo, una vez que se han gastado los primeros millones de dólares, la creatividad parece agotarse. El argumento se vuelve tan predecible como monótono.
Graizer demuestra con este sencillo drama que no se necesitan ingredientes exóticos para crear un buen plato. En su debut, desafía los estereotipos del cine romántico y culinario.
Atípica película romántica, sus cien minutos se pasan volando sin apretar nunca el paso. La trama es interesante y la historia no deja lugar para quejas.
Comedia visceral, drama australiano. No es adecuado para todos los gustos, pero a excepción de los más exigentes, es fácil disfrutar de este banquete cinematográfico.
Mi gran cena griega. Hermosísima película. Quédense con el aroma de esta excelente obra, llena de humor y cargada de especias, que entra por los sentidos y ensancha el conocimiento.
Sin ser completamente original, la premisa de esta película de terror es realmente buena. El homenaje es genuino, aunque carece de profundidad. A pesar de que las diferentes partes se conectan con fluidez, se necesita una reflexión más profunda.
Película luminosa y feliz. Desde el plano cinematográfico, Jollien y Campan optan por no complicarse. Prefieren transmitir su poderoso mensaje de manera sencilla. El filme resulta terapéutico.
Un ingenioso giro argumental nos conduce de manera efectiva a un gran malentendido, que sirve como un excelente punto de partida para el desarrollo de la historia. A partir de aquí, logran hacer que la trama crezca de forma sólida.
Historia de superación que sigue al pie de la letra el manual. Su fidelidad es tan estricta que los aciertos que presenta se diluyen en la alarmante falta de sorpresas.
Haría falta un argumento más salvaje para despertar entusiasmo. Chaumeil no lo logra. A cambio, alcanza el tono justo para dejar que pasen las cosas, como la vida.
La película presenta personajes memorables. El guión elige audazmente no permitir que ocurra acción alguna. Oriol Vila se encuentra atrapado en una misión complicada, moviéndose entre diferentes géneros, pero permanece estático y sin compañeros.
Retrata una familia de locos, cuyos miembros son tan diversos como extravagantes. A través de ellos, se asoman destellos de ingenio y buen humor. Todo tiene un aire muy francés.