La película expresa claramente su intención de denuncia, aunque carece de hallazgos estéticos significativos. Su tono didáctico evita que 'El secreto de Soraya M.' se lleve a cabo en el ámbito del cine de arte.
Repasa aquel evento con mirada revisionista, y establece un vínculo, discutible pero sugerente, entre este y los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos.
El recurso esencial de la película es sugerir en lugar de ilustrar, lo que la convierte en una amalgama de las obras anteriores de Gaspar Noé, a la vez que se distingue de ellas de manera fundamental.
El retrato de una atleta extraordinaria que también tomó malas decisiones resulta valioso, pues contrasta con la representación generalizada en el cine: la de mujeres ideales, ejemplares, que nunca cometieron errores.
Este viaje visual por el multiverso deja sin explorar el mundo de las películas que cuestionan e incomodan al espectador, y se conforma con un mensaje convencional.
James Wan ha demostrado su talento excepcional para asimilar, combinar y reinventar influencias distintas del cine de horror en la misma película. En esta cinta, el director despliega ese talento con libertad y espíritu de diversión.
Funciona como una metáfora, al ilustrar de manera sigilosa dilemas y preguntas profundas en torno al sentido de la vida humana de cara a un futuro incierto.
'Prometeo' aprovecha los recursos del cine de alto presupuesto y cumple con las expectativas que genera el hecho de ser una película de Ridley Scott. Su uso de tecnología 3D resulta tan preciso y adecuado que, paradójicamente, no es lo primero que se menciona al hablar de su estilo visual.
Con una historia muy similar, pero mucho mejor escrita, la secuela de la legendaria película de los años 80 es un comentario sobre el momento actual de la industria fílmica, y también sobre el fenómeno extraordinario que es Tom Cruise.
Esta historia de opresión, que se aleja de las soluciones fáciles y las fantasías falsas, descansa en el gran trabajo de su actor protagónico y en el uso de la danza como un lenguaje que se integra sin fricciones con la narración.
La película muestra los ciclos de violencia, maltrato y abandono a los que están sujetas las víctimas, y cuestiona así la indiferencia de una sociedad que permite que la negligencia y la corrupción perpetúen la impunidad.
La historia de un viejo ladrón de bancos, es indisociable de la presencia y carisma del actor que tiene el rol protagónico: Robert Redford. La cinta, que será la última que haga Redford, está llena de guiños a su carrera y al pasado del cine.
Christopher Nolan pone en práctica sus preceptos tecnológicos. Pero a cambio de filmar cine de gran escala, el director sustituye la reflexión sobre la ambigüedad y duplicidad de la naturaleza humana por planteamientos más bien patrióticos y triunfalistas.
Sin exaltar a Snowden como un héroe, la película destaca las mejores cualidades de Stone: su capacidad de persuasión y la meticulosa presentación de los acontecimientos.