Clásico en su estilo, refinado en lo visual, admirablemente interpretado, el de Troell es un film sereno, que sugiere calladamente el conflicto entre el sacrificio y la realización personal.
La luz entre los océanos' tiene sus mejores valores en el sector interpretativo, en especial en los trabajos de los protagonistas: Michael Fassbender, Alicia Vikander y Rachel Weisz.
El tributo al memorable cine de gángsters no consigue siempre transmitir aquella fuerza ni su poderosa unidad estilística, a pesar de sus aciertos en la ambientación y de contar con abundantes y ricos personajes.
Todo menos un cuento de hadas para niños: un melodrama teñido de humor negro, con acentos trágicos, un drama de celos y envidias, una historia de desdichas y amores que abreva en otros viejos cuentos.
Es Wes Anderson de punta a punta. Desde el comienzo es reconocible su cine hiperestilizado, la singularidad de su estética. La riqueza visual del film es un atractivo más.
Es cierto que la extraña mezcla proviene del original literario, pero también se debe a que la realizadora, que no se destaca por su rigor, no siempre consigue armonizar elementos tan discordantes y toma caminos diversos.
Williams logra lo más complicado: conseguir que, sin emular demasiado a una Marilyn que solo ella misma podría interpretar, resulte creíble para el espectador.
Scorsese saca buen partido del material, pone al servicio de la historia su talento para traducir en imágenes y sonidos el clima de perturbadora incerteza que la gobierna.
Además de la recreación de la Marsella de esos años, de la sostenida tensión del relato y de los excelentes trabajos actorales, (...) 'Conexión Marsella' se muestra, sin descollar, digna de figurar a la altura de la bien ganada tradición del policial francés.
'Incomprendida', es cierto, no logra disimular el carácter episódico que deviene de la estructura del guión, pero alcanza momentos de conmovedora verdad.
Los directores no son expertos en el género, aunque sí saben imponer el ritmo vertiginoso que ayuda a disimular la escasez de ingenio. Lo demás es lo de siempre.