El film se destaca por su música de Emilie Simon, que aunque emocional, no recurre al exceso. Su encanto radica en su tono cálido y ligero, así como en la autenticidad que transmiten sus intérpretes.
La arriesgada y detallada visión de Nuri Bilge Ceylan se centra en explorar las respuestas emocionales de los personajes en lugar de centrarse en sus acciones.