Película infantil, pero recomendable a todo tipo de público. La primera parte es una obra casi muda donde queda de manifiesto la perfección del estilo de Ballard, en ésta su ópera prima.
La crítica al sistema industrial del cine y la narración de las experiencias de los emigrantes hacia una tierra prometida se entrelazan con la admiración hacia la Meca del cine. Esto genera una sensación de incomodidad debido a la falta de pudor sentimental y el exceso de ambiciones. Es un enfoque interesante.
Todd Haynes vuelve a demostrar su voluntad de originalidad, al tiempo que su gusto por el melodrama con resultados tan ambiciosos como estéticamente brillantes y narrativamente discutibles.
Correcta en el aspecto reconstructivo de época, pero le falta vivacidad y picardía, el humor y simpatía con que el cronista dotaba a sus personajes. El director falleció tras este debut.
Fue el filme por el que Alan Rudolph obtuvo un reconocimiento más amplio, pero decepcionó, y con razón, a devotos de anteriores películas del director. La película es bonita de ver y se nota la complicidad de los actores con el director, pero también es esteticista, superficial y autocomplaciente, muy distinta de las películas profundas, que no sol
La biografía se presenta de acuerdo a las convenciones de Hollywood. Destaca la clara exposición de las maniobras políticas y el estilo casi de falso documental durante los Juegos.
Argumento, guionistas, reparto y música ilustres para una ambiciosa película, demasiado quizá, porque la precariedad de la producción hacía imposible culminar el proyecto. Debería haber sido más documental y épica.
Con una narración lineal clásica que abarca décadas, se presenta la carrera de la protagonista y su vida familiar sin caer en la idealización heroica ni en el discurso doctrinal.
Puro folletín. Mostrar que en el Franquismo se extendió la delación es el propósito malogrado de un culebrón tremendista e inverosímil cuya protagonista resulta absolutamente incomprensible.
Peter O'Toole está más divertido que nunca. La actuación del elenco es sobresaliente y la trama se desarrolla de manera ingeniosa y entretenida. Sin duda, una obra que mantiene al espectador cautivado con su humor y encanto.
Con la coartada de denunciar piedad hipócrita, pretende a toda costa conmover al público. (...) La narración es confusa (...) y los despistes oníricos son inaceptables asaltos a la credulidad del espectador.
Se revela inspirada en los telefilmes americanos de superación personal, tanto por la pobreza de la producción como por la chapucería de la realización y, lo peor de todo, la práctica renuncia al humor y la apuesta por el sentimentalismo lacrimógeno.
Una película de suspense que tiene en la veracidad su principal cualidad. El reto consiste en mantener la atención del espectador a través de flashbacks intermitentes sobre el encuentro de los protagonistas.
Sin necesidad de profundizar en la situación política, se relata la odisea del taxista en medio de persecuciones y escaramuzas urbanas, todo recreado con gran verosimilitud.
El director aporta poco al género de biografías musicales, pero va más allá en el retrato de personajes individualmente. La sensación de autenticidad está reforzada por un reparto perfecto.
Reduce los males sociales a un folletín sentimental cutre. La narración en 'flashbacks' es ininteligible e interminable. La estética chirriante coincide con las malas interpretaciones.