Todos los personajes tienen un marcado estilo dickensiano. Lo destacable es que el enfoque es ofrecer un relato breve y 'realista', un encantador cuento navideño.
Shyamalan muestra nuevamente su habilidad para crear sensaciones inquietantes. Los aspectos más destacados son los numerosos detalles irónicos que enriquecen la intriga. Sin embargo, lo más decepcionante es que el director recurre a un tipo de terror basado en golpes de efecto poco elaborados.
Un drama que equilibra el humor con un realismo desolador. Jenkins elude cualquier exceso melodramático, lo cual permite que su película resulte verdaderamente conmovedora.
Más esmerada que la mayoría de las producciones norteamericanas de héroes juveniles, karatekas y policías, pero no mucho más profunda ni perdurable. Superior a la media.
Comedia insólita que evidencia una voluntad de originalidad. La perfección de las figuras de Aardman y la burla de nuestros fenómenos futbolísticos llevándolos al pasado aportan actualidad.
Drama intimista con crónica política. Lumet no saca todo el partido a un guión interesante. Acertadas interpretaciones, especialmente la del nominado Phoenix.
Destinada a los aficionados del terror y del manga, esta película demuestra un notable profesionalismo y cuenta con recursos suficientes. Además, presenta secuencias de acción realmente destacadas.
Comedia con dosis elevadas de sentimentalismo pero escasas de comicidad y de novedad. El humor se busca en la excentricidad de los personajes secundarios.
El argumento es fundamentalmente dramático pero el tratamiento, muy en la escuela francesa, evita el melodrama y la tragedia en favor de un realismo conmovedor.
No se sabe si es drama o comedia, pero nunca cae en el vodevil. La película presenta una serie de personajes que buscan guionistas, quienes logran darles un toque simpático.
El argumento ofrece situaciones entretenidas y permite que Clavier brille en su papel. Sin embargo, con tantos personajes caricaturescos, se podía esperar un nivel de humor más elevado.
Puede que se haya buscado elevar el género en su adaptación cinematográfica y hacerlo más relevante. Sin embargo, lo que se presenta no es tanto una comedia, sino más bien un melodrama.
Cercana a nuestra mejor tradición del esperpento, divertida a fuerza de deprimente o ridícula en el fondo, mientras que cuando se pone un poco seria y tantea el drama, la impresión es de inverosimilitud.