La película se asemeja a un telefilme de buena producción y un reparto talentoso, pero al igual que muchas que se basan en hechos reales, resulta poco convincente.
Los testimonios de los supervivientes mayores se presentan de manera desordenada, sin un criterio dramático o narrativo claro. Además, el escenario no se describe adecuadamente y falta información coherente sobre la cronología de esta epopeya.
El film presenta un estilo y producción dignos de un telefilme, su narrativa es desorganizada y la representación de la violencia se realiza de manera poco convincente.
La película cuenta con la espectacularidad y la intensidad características de una gran producción de Hollywood, aunque peca de una duración excesiva y una tendencia a la simplificación.
Típica entrega de golpe perfecto, se recrea demasiado en las descripciones técnicas del atraco, y resulta decepcionante como comedia. Lo mejor, el erotismo de Lesley-Ann Down.
La falta de originalidad y el exceso de duración embarrancan este cuento en la moralina y en la sucesión de gags tan reiterativos como poco ingeniosos.
El protagonista se aleja de la imagen del profeta, ofreciendo una interpretación que irradia autenticidad. Sin embargo, surge un inconveniente al asumir no solo quién fue Marx y cuál fue su obra, sino también el contexto histórico en el que vivió.
El retrato de este cínico piadoso y la crónica de su vía crucis resultan intrigantes, a pesar de la naturaleza caleidoscópica del relato. Lo mejor es la recopilación de frases cínicas, mientras que lo peor es que intenta generar impacto mediante un efectismo simple.
La película retrata la lucha de Archie Belaney por la conservación de la naturaleza y la cultura indígena. Sin embargo, su odisea no logra generar la emoción esperada.
Lo peor es el descuido con que están elaborados el guión y la mayor parte de los gags, algo sólo explicable por la fe ciega en la comicidad de Williams.