Una película extrema que eleva la actuación de Adam Driver es tan descontrolada que su creador no logra manejarla del todo. Su desarrollo resulta tanto cautivador como incómodo en ocasiones, pero se debe reconocer al director francés por arriesgarse a experimentar.
Juliette Binoche interpreta de manera sobresaliente a esta personaje engañosa, mientras Carrère dirige con precisión para enfocarse en la esencia de la historia que desea transmitir.
Ha superado cualquier expectativa. Haynes ha entendido el material que tenía entre manos y ha montado un filme tan rockero como experimental, repleto de imágenes inéditas y en el que no falta ninguna voz.
La filmografía de Jewison tiene mucho valor, pero hay una película que decepciona. Day busca evocar la magia de la comedia dorada de Hollywood, sin embargo, su personaje no logra brillar como se esperaba.
Muestra al mejor Cavestany, al creador de estados de ánimo. Asombra cómo un cineasta puede construir la radiografía de una emoción a través de vídeos de aparentes actos banales.