La dirección de actores y los diálogos son excepcionales, con un notable desempeño de Sandra Hüller y de Milo Machado Graner, quien brilla en su papel como Daniel.
'Club Cero' presenta una aproximación educativa. Este enfoque, que podría considerarse un tanto panfletario, se ve intensificado por las actuaciones de los actores que interpretan a los estudiantes, que no brillan especialmente.
Lo más impresionante es el trabajo de los actores con los cuerpos, la manera en que pequeños gestos, temblores, titubeos, ínfimas flexiones en la tensión corporal terminan contando tanto más que las palabras.
'Los osos no existen' se desdobla: su historia parece decir que es todo inútil, imposible; la existencia misma de esta película bella y compleja desmiente su propio mensaje.
La serie muestra una evidente inspiración en 'Antes de...' de Richard Linklater, aunque se siente limitada porque los personajes, que se presentan como intelectuales, carecen de conversaciones que vayan más allá de sus enredos amorosos y sexuales.
El despojamiento estilístico de la película destaca estos elementos mínimos, causándole un impacto mucho mayor que cualquier elaborado movimiento de grúa en una producción de bajo presupuesto.
Estamos viviendo una época de intensa moralización que demanda reacciones emocionalmente contundentes ante sucesos trágicos. Es un deleite apreciar relatos de horror narrados con la clásica compostura británica de épocas pasadas.
Es una película hermosa y melancólica que muestra un profundo respeto por sus personajes y situaciones, destacando una sensibilidad poco común en su ejecución.
La narrativa cautivadora y el estilo visual son complementados por diálogos conmovedores y actuaciones excepcionales que mantienen la atención del público.
La premisa tiene potencial, pero Lou de Laâge, que parece más adecuada para la pasarela que para la actuación, ofrece un rendimiento débil. Las escenas de sexo carecen de intensidad, los personajes son poco profundos y la estética es más propia de un anuncio de fragancia.
Este esqueleto anecdótico no logra reflejar la sutileza de la película, llena de gestos sutiles y silencios significativos. Las conversaciones se manejan con una atención meticulosa, revelando en ocasiones verdades difíciles.
Esta película de Woody Allen puede ser considerada una de sus obras menos encantadoras. La atracción entre los personajes se siente forzada, como si estuvieran colocados en situaciones artificiales que no logran conectar de manera significativa.
Aparte de la ingenuidad del planteo, hay algo muy bobote en la manera de mostrar cómo sería un grupo humano en el que prime la libertad y cada uno haga lo que quiere.
La escenografía es impresionante, los espacios están bien definidos y hay una notable capacidad para incluir humor, tanto en las situaciones como en los ángulos de cámara.