Aunque no parece haber propósito de homenaje o cita, esta película es fuertemente tributaria del cine de Martin Scorsese. (...) El mérito de la película que salta en forma más inmediata son las actuaciones. Todo el reparto rinde en forma sensacional.
La película resulta lenta, densa y melancólica. Balagov utiliza un estilo particular al filmar, con cámara en mano y enfoques muy cercanos. La narrativa es concisa.
Probablemente lo que persistirá en la memoria de quienes asistan a esta película es la fértil vaguedad temática, el clima especial que logra construir e imponer, y la empatía con el personaje principal.
La anécdota es igual de absurda que la de 'Headshot', con la desventaja adicional de ser deshilachada: no cuidaron ni siquiera de inventar motivos comprensibles para que los personajes tomen determinadas actitudes.
'Headshot' presenta una acción intensa, donde las peleas son el foco central. Ya sea con armas de fuego, armas inusuales, combate cuerpo a cuerpo o, de manera más innovadora, utilizando objetos de uso diario.
Es una película extraña, bizarra, perversa, impactante. Los absurdos no parecen tener un sentido alegórico definido, pero en todo caso hay un juego poético consistente.
La narración presenta algunos huecos extraños. El epílogo de la película se siente como un chiste; parece que Alfredson quiere dejar claro que no espera que se le tome en serio.
La comedia de engaños se tiñe con humor negro en un tono farsesco, con un increíble Cary Grant pasado de rosca, que puede hacer pensar en lo que vendrían a ser las actuaciones de Jerry Lewis o Steve Martin.
Una película costosa que carece de los atractivos necesarios para justificar su inversión. Los elementos absurdos superan lo razonable en el ámbito científico, y la atmósfera está dominada por una música melancólica y miradas llenas de tristeza.
En esta quinta entrega, la misión fue una vez más recuperar la esencia de la primera. Se puede sentir, casi palpablemente, las contradicciones, dudas, titubeos y apuestas cautelosas presentes en una megaproducción de este calibre.
Los diálogos son pobres y los actores habrían tenido que ser geniales para arreglarse con ellos. La película es muy menor y bastante mala, pero verla no es tiempo totalmente perdido.
Era imposible que con un material así Eastwood llegara siquiera a arañar la grandeza de sus varias obras maestras. Quizá por eso, es toda una lección de cine ver este film.
Además del visual alucinante, la película trasunta una enorme compenetración con todos los aspectos del básquetbol. No recuerdo una película deportiva más excitante que esta.
Considerando su cometido, la película resulta ser excelente. Aparte de las notables ideas del guion, muestra una formidable creatividad visual. Las imágenes son impactantes, y el montaje demuestra una increíble imaginación y destreza.
Una resolución meramente formal y emotiva. Traduciendo otro aspecto valioso de esta pequeña película, se observa una disposición de conciliación y un repaso sin reproches.