Un trabajo extrañamente anticuado de Netflix que mezcla con liberalidad los valores cristianos con la indulgencia demográfica de Disney, con resultados alegres, pero sin alma.
Lo que empieza siendo otro escabroso true-crime de Netflix se transforma en un testimonio mucho más conmovedor sobre el impacto que los abusos sexuales han tenido en toda una generación.
La melancólica y bien presentada historia de Tanne promete ofrecer una perspectiva madura e impresionista sobre los ritos de iniciación de los adolescentes. Sin embargo, a pesar de su aspecto sobrio, no llega a transmitir una historia convincente.
Cualquier tipo de controversia que pueda suscitar no podrá esconder la falsedad de este producto de explotación, que trata constantemente de exprimir al máximo los peores miedos de millones de personas para lograr una tensión vacua.
Representa un desalentador callejón sin salida creativo para un director con mucho talento. No hay vida real en esta provocación sobrecargada e insignificante.
Una historia de iniciación conmovedora, transmitida de forma clásica. Amanda Kernell combina de manera efectiva los miedos adolescentes que resuenan entre fronteras y generaciones, en un contexto cultural que resulta tanto extraño como fascinante.
Rica en atmósfera pero demasiado extensa. La narración lenta y repetitiva de 'Heartstone' no logra justificar su enfoque en un personaje, en detrimento de la angustia más dinámica de su amigo.
Miley Cyrus añade una involuntaria nota de patetismo: su intento de emular los sentimientos de una adolescente normal evoca la imagen de los primeros pasos vacilantes de Pinocho cuando finalmente deja atrás sus piernas de madera.
Garrone presenta un enfoque renovado que ha resultado en su cine más consistente y satisfactorio desde que obtuvo reconocimiento internacional con 'Gomorra' hace 15 años.
Sorprende por su inmediatez, sobre todo en las conmovedoras y espontáneas escenas de los hijos pequeños de Wine lidiando con sus ausencias y desapariciones. Es un retrato infalible y empático.