Una de esas raras películas que se arman ante el espectador, abriéndose con una suerte de magma humano y narrativo indiferenciado, de cuyo interior van tomando forma primero una dirección y una meta, enseguida unos protagonistas (...) Y hasta un género.
Después de tanta timidez y de esperar la noche de bodas, finalmente llega un momento intenso. Un mordisco certero, la sangre que fluye y las secuelas de la unión entre Bella y la Bestia.
Cuando finalmente establece sus coordenadas de tiempo, espacio y acción, la película se encamina y se enfoca. Aunque no sea lo más sutil o atractivo, se muestra clara, eficaz y se convierte en algo cada vez más cautivador.
Debido a la débil trama de esta tercera entrega, parece más un intento de atraer a un público específico mediante un estilo chic-kitsch que una continuación sólida. La serie se aleja de su esencia original en favor de un enfoque que busca seducir a sus espectadoras.
La película presenta a un protagonista que se despierta en el ataúd donde fue enterrado vivo. A través de una narrativa en tiempo real, logra mantener una atmósfera de suspenso, aunque el desenlace resulta ser una idea superficial.
Huezo se enfoca en la ética del documentalista al retratar a sus personajes. Su aproximación no convierte a los individuos en meros objetos de análisis, sino que los presenta como seres humanos reales, en este caso, atravesando el sufrimiento.
Quizá por seguir demasiado a rajatabla los elementos característicos del género, 'Perdida' acaba sintiéndose más como un mero procedimiento que como una película capaz de sorprender al público.
La nueva producción de Suar destaca por su calidad técnica y su capacidad de entretener. Es una obra excepcional y provocadora, superando los habituales estándares del cine argentino.
La película transita entre el dolor y la desesperanza, para luego explorar la lucha y, finalmente, la épica. Es una obra sobre la guerra que también sirve como guía sobre la responsabilidad cívica y la participación política.
La presencia constante de Bertuccelli en cada escena, junto con un excelente casting y dirección de actores, son dos de los principales logros de 'La reina del miedo', destacándose actuaciones memorables, por breves que resulten.
Carece de la tensión propia de un verdadero thriller, ya que el personaje principal no consigue transmitir la complejidad de un psicópata, quedando como un simple individuo con problemas.
En su debut en Hollywood, el director surcoreano preserva su distintivo estilo. El resultado es un thriller inquietante que combina el barroco estilo de Park Chan-wook con una narrativa familiar intensa y sin concesiones.