Aunque siga los tradicionales elementos de la comedia de iniciación, el filme con Alejandro Tocar sorprende en su desarrollo. En él, el deseo sexual actúa como el motor de la vida de un joven judío.
La película comienza en un tono sobrio y contenido, y termina entre lágrimas y gritos, como si cortándola por la mitad se obtuvieran dos films contrapuestos.
Quiere ser comedia y no puede. No tiene gracia, la comicidad es forzada, no logra dar con la fluidez necesaria y en ocasiones las escenas se cortan cuando deberían continuarse.
Los lastres de este tipo de películas, como el enfoque de psicodrama, la exploración de temas "importantes" y la insistente reducción a un único tema, en este caso la maternidad, son equilibrados en la primera parte por el tratamiento sutil, la excelente dirección de las actrices y la atención minuciosa a los detalles que García impone.
'Un sueño posible' es la más reciente de estas fábulas, que en otra época llenaban los especiales de televisión conocidos como “la película de la semana”. En esta ocasión, la actuación de Sandra Bullock, considerada la novia de América, logra atraer al público y hasta aspirar a un Oscar.
En su sutil llamado a la reflexión, inducido por un tempo narrativo que invita a la contemplación, 'Anunciaron tormenta' permite restablecer la lógica de esa imagen como un ícono del colonialismo blanco.
Concéntrense en aquello que a la película le interesa: las set pieces de duración y detallismo maratónicos, en las que se comparte con el espectador la infinitesimal preparación e inexorable ejecución. Quale filma los preliminares a la manera de Brian de Palma.
En términos dramáticos, la película deja en claro su mensaje, al igual que los lazos simbólicos que unen a las mujeres, o también se adentra en la farsa más evidente.
El brillante ajedrecista estadounidense es un personaje complejo y escurridizo, especialmente si se lo analiza con enfoques tradicionales. La primera hora del film, aunque lucha por establecerse como un biopic, logra recobrar fuerza durante el encuentro por el título mundial.
La nueva película del director de 'Mi mundo privado' se suma a su filmografía con un enfoque más accesible al estilo hollywoodense, que ya cuenta con varias obras que abordan temas de sanación y asimilación.
Dueño de una de las carreras más admirables que cualquier actor en actividad pueda exhibir en Hollywood, tras casi cuarenta años de ninguneo académico, Bridges se luce como un cantante country en decadencia.
Suerte de comedia de borrachos, en la película de Van Groeningen hay, en lugar de sordidez, condena y castigo, una simple naturalización de la disfuncionalidad, con buenas dosis de humor y empatía para con estos feos, sucios y malos.
Expiación lograba rasgar esa cáscara, al convocar algo del orden de lo humano. 'Regreso a la mansión Brideshead' parece, en cambio, un antiguo monumento señorial, semivacío y lleno de figuras de cera.
El sexo está muy bien filmado, con un realismo poco frecuente. Lo que falta es lo demás: el desarrollo y motivaciones de algún personaje, algo que permita entrar en la historia y sentir alguna clase de empatía.
La película parece ser una reinterpretación de "La bella y la bestia", presentando a una bella que no es tan hermosa y a una bestia que no es tan temible.