Concéntrense en aquello que a la película le interesa: las set pieces de duración y detallismo maratónicos, en las que se comparte con el espectador la infinitesimal preparación e inexorable ejecución. Quale filma los preliminares a la manera de Brian de Palma.
El brillante ajedrecista estadounidense es un personaje complejo y escurridizo, especialmente si se lo analiza con enfoques tradicionales. La primera hora del film, aunque lucha por establecerse como un biopic, logra recobrar fuerza durante el encuentro por el título mundial.
Dueño de una de las carreras más admirables que cualquier actor en actividad pueda exhibir en Hollywood, tras casi cuarenta años de ninguneo académico, Bridges se luce como un cantante country en decadencia.
Suerte de comedia de borrachos, en la película de Van Groeningen hay, en lugar de sordidez, condena y castigo, una simple naturalización de la disfuncionalidad, con buenas dosis de humor y empatía para con estos feos, sucios y malos.
Expiación lograba rasgar esa cáscara, al convocar algo del orden de lo humano. 'Regreso a la mansión Brideshead' parece, en cambio, un antiguo monumento señorial, semivacío y lleno de figuras de cera.
El sexo está muy bien filmado, con un realismo poco frecuente. Lo que falta es lo demás: el desarrollo y motivaciones de algún personaje, algo que permita entrar en la historia y sentir alguna clase de empatía.
La película parece ser una reinterpretación de "La bella y la bestia", presentando a una bella que no es tan hermosa y a una bestia que no es tan temible.
El realizador escocés Jon S. Baird evita todo golpe bajo y cualquier sensiblería para retratar a 'El Gordo y el Flaco'. La conversión de John C. Reilly y Steve Coogan en Oliver Hardy y Stan Laurel es asombrosa.
Una combi, tres chicos y tres chicas. Eso es todo lo que necesita el director español, que con un grupo de amigos y una cámara de fotos consiguió una serie de instantáneas, de momentos robados, que tiene en el cine de Eric Rohmer a su manifiesto “líder espiritual”.
'Nuestras mujeres' no es solo teatro filmado, sino un teatro “de hilos” en la pantalla. Es una obra que se construye a través de giros dramáticos bien pensados.
Lo mejor de la película que reúne a varios figurones de Hollywood interpretando versiones de sí mismos es que cualquier cosa puede suceder. Lo peor es que, en ocasiones, lo que ocurre resulta ser genial y, en otras, una absoluta tontería. Sin embargo, el entretenimiento está asegurado.
Gracias a una oportuna identificación con sus protagonistas, 'Elefante Blanco' logra poner en cuestión al propio espectador, llenándole la cabeza de preguntas. No es algo que el cine masivo suela producir.
Llevar las cosas al extremo, empujarlas a la violencia, el sexo duro y el desastroso choque contra la ley y las instituciones le da su plus a esta remake no declarada de un viejo film de John Hughes.